Ignacio Gómez-Acebo, abogado polifacético

Hay quienes, cuando mueren, son recordados por una hazaña puntual o por haber destacado en algún campo en particular, como una ciencia, un deporte o un arte. Y también están los que quedan en la memoria por su feracidad; por haberse dedicado a no una, sino a muchas disciplinas. Es el caso de Ignacio Gómez-Acebo, fallecido ayer en Madrid a los 79 años de edad, cuya faceta principal fue la abogacía y la dirección de empresas, pero que también fue político y hasta se atrevió a escribir un par de obras literarias.

El despacho de abogados que fundó en 1971 junto a Fernando Pombo, y que lleva por nombre los apellidos de ambos, es quizá la obra que más perdure en el historial de Gómez-Acebo. El bufete se ha convertido con el tiempo en uno de los más fuertes en España y en Europa. La ingente lista de sus grandes clientes en el mundo de los negocios así lo demuestra: en los últimos cinco años ha asesorado al 62% de las empresas que cotizan en el Íbex 35 y a la mitad de las que lo hacen en las principales Bolsas, como París, Londres, Fráncfort o el Dow Jones de Nueva York.

Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y por la de Salamanca, Gómez-Acebo fue presidente de honor hasta su muerte del despacho de abogados. Pero dedicó gran parte de su tiempo a llegar lejos en el mundo empresarial: presidió Firestone España, AXA, Nokia España y Chrysler Finantial Corporation.

En lo político fue un hombre de ideología muy conservadora. En 1977 se convirtió en el primer presidente de la junta provincial del Partido Popular en Madrid, que dirigían Pío Cabanillas y José María de Areilza, formación democristiana que se integró años más tarde en Unión del Centro Democrático (UCD). En los últimos años de su vida, Gómez-Acebo criticó duramente al Gobierno socialista y afirmó, entre otras cosas, que el estado de las Autonomías de España es "absurdo" y hace el país "inviable".

El abogado madrileño fue también presidente del European Advisory Committee de la Bolsa de Nueva York y recibió honores como la Gran Cruz del Mérito Civil o el de Oficial de la Órden del Imperio Británico. Tampoco le quedaba lejos la familia real española, ya que su hermano Luis estuvo casado, hasta su muerte en 1991, con la infanta Pilar de Borbón, hermana del rey Juan Carlos.

Publicó dos obras literarias: el ensayo Monólogos de la Sopa Boba y una novela histórica sobre la vida del rey Alfonso VIII de Castilla, titulada Alma de Nardo. Su éxito empresarial no fue tal en el mundo de las letras, pero también tuvo un papel importante en la cultura, siendo patrono fundador de la Universidad San Pablo y patrono de la Comisión Permanente de la Biblioteca Nacional.