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Reportaje:

El puente romano de Lugo recuperará su apariencia original

La rehabilitación limitará el tráfico y retirará la estructura metálica que lo oculta

Lo construyeron los romanos para unir la ciudad de Lugo con Bracara Augusta a través de la vía XIX y aún hoy unos 16.000 vehículos diarios utilizan la reconstruida calzada del puente romano para salvar ambos márgenes del río Miño, en el barrio del Puente, una vorágine de coches y caos circulatorio que tiene los días contados.

Lugo se ha marcado el objetivo de que su puente romano, reconstruido en los siglos XII, XIV, XVIII y XIX, pueda retrotraerse lo máximo posible a lo que fue su concepción original. No será fácil, pero hay 900.000 euros, procedentes del 1% cultural del Ministerio de Fomento, para que en seis meses haya desaparecido la impactante estructura metálica que le agregaron a finales del siglo XIX. El asfalto se sustituirá por empedrado, el acceso de vehículos será unidireccional y restringido a residentes y transporte urbano, y los peatones podrán disfrutar de una infraestructura construida en sillería y esquisto, a lo largo de 104 metros de longitud.

Unos 16.000 vehículos diarios utilizan la calzada reconstruida
El empedrado sustituirá al asfalto y la iluminación será a ras de suelo

El proyecto de rehabilitación del histórico viaducto se presentó ayer, justo unas horas antes de que entrara en vigor la nueva Ley Orgánica de Régimen Electoral que impide este tipo de actos. "Queremos recuperar la historia que podamos recuperar, donde claramente quede expuesto lo que es original y lo que es la rehabilitación", manifestó el alcalde, José López Orozco, quien está convencido de que cuando hayan finalizado las obras, el puente disfrutará de una vistosidad "tal y como se merece".

Especialmente impactante resulta el ensanche metálico que se introdujo hace más de 100 años. Los ingenieros que lo diseñaron eran "hijos de su tiempo" y optaron por utilizar materiales distintos a la piedra. Lo recordó el gerente de la empresa que redactó el proyecto de rehabilitación, Manuel Durán, quien asumió que este añadido resulta "negativo" y provoca "un daño visual", hasta el punto de que esta obra oculta "la realidad histórica" de esta dotación.

Los diseñadores de la restauración han localizado los restos originales romanos, que ahora aparecen perfectamente certificados por una serie de características constructivas que presenta la sillería, localizada en dos pilares del puente. También en este caso, el puente fue restaurado en su día de una forma no adecuada, pero los técnicos dicen que habrá ocasión de "reparar y volver a presenciar" los restos romanos.

El nuevo pavimento será de piedra y, de acuerdo con los servicios técnicos del Ayuntamiento, se eliminará el sentido de tráfico de entrada en la ciudad. Por su calzada, como es muy frecuente en las ciudades históricas, habrá un tráfico mixto para peatones y coches, pero estos últimos tendrán una limitación de acceso por videocámara.

Los diseñadores entienden que la reducción del tránsito hará posible el uso peatonal, aún partiendo de la base de que, como toda infraestructura, "tiene que ser útil y con usos ajustados a su valor histórico y simbólico". La rehabilitación también prevé la supresión de canalizaciones de telefonía y una tubería de abastecimiento de agua que hoy aparece colgada de una barandilla. Todo ello se ocultará en el interior del relleno del puente, para lo cual se harán unas pequeñas rectificaciones de rasante que, a su vez, lo dotarán de mayor estabilidad.

En esta actuación se incluirá, además, un proyecto de iluminación pública a ras de suelo, para evitar báculos y farolas, lo que hará que los puntos de luz se incrusten en los pretiles. También dispondrá, con la misma técnica, de iluminación ornamental para resaltar los alzados del puente aguas arriba y abajo.

Pese a los siglos transcurridos y la densidad de tráfico que soporta, el puente no presenta ningún daño estructural, tal y como se ha podido comprobar con una inspección subacuática, aunque sí se han detectado reparaciones con procedimientos "no adecuados" que también se corregirán con estas obras. De hecho, en el proyecto de rehabilitación no se prevé ninguna actuación sobre las bóvedas.

Los trabajos se acometerán con material de la zona, rajuela de pizarra y granito, y para el pavimento se recuperará el empedrado a modo de chapa-cuña, tal y como aparece testimoniado por uno de los arquitectos más destacados del Barroco gallego, Lucas Ferro Caaveiro. "Recuperamos este dato histórico, que es lo que piden las cartas internacionales", resaltó el redactor del proyecto.

El 24 junio es la fecha que se ha planteado el ministro de Fomento, el lucense José Blanco, para la inauguración de la nueva apariencia del puente romano. Será a partir de ahí cuando se podrá acometer la rehabilitación de la vieja estructura romana.

Vista del puente romano que cruza el río Miño en Lugo, con la estructura metálica que será retirada.
Vista del puente romano que cruza el río Miño en Lugo, con la estructura metálica que será retirada.XOSÉ MARRA

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