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Reportaje:

Repsol reduce posiciones en Argentina

La petrolera ha colocado un 15% de YPF en el mercado desde noviembre

Hace 12 años, la petrolera Repsol, entonces tan importante en España como modesta en la comparación internacional, llevó a cabo la ampliación de capital más grande en la historia del país (5.180 millones de euros, acompañada de una emisión de bonos) para adquirir la argentina YPF. Bajo la presidencia entonces de Alfonso Cortina, se trataba de ganar tamaño, aumentar la presencia internacional, triplicar reservas y potenciar la cadena gas-electricidad. Dejar de ser, en suma, una petrolera sin petróleo. La operación costó en total más de 14.000 millones de euros y cargó de forma importante el capítulo de deuda de la compañía.

Hoy, poco a poco -no están los tiempos para seguir con operaciones que hacen historia-, Repsol, aún con el apellido YPF, trabaja con relativa prisa y sin pausa para reducir su participación en la compañía argentina al 51%.

La petrolera piensa colocar otro 5,6% entre inversores del país

Desde el pasado mes de noviembre, Repsol ha vendido en el mercado un 15% de su filial argentina, lo que le ha supuesto ingresos de 2.500 millones de dólares (1.770 millones de euros). Repsol controla todavía un 68,23% del capital de YPF. El grupo Petersen (del empresario Enrique Eskenazi) tomó un 15% en 2008, y los fondos (Eton Park, Capital Guardian y Lazard, entre otros), un 8,13% en 2010 y 2011. Como tanto Petersen como Eton Park mantienen sendas opciones de compra de1 10% y del 1,6% de YPF, Repsol cuenta con que su participación en la filial se limita al 56,6%. El objetivo planteado en el plan estratégico de reducir posiciones hasta el 51% está, por tanto, al alcance. Para el poco más del 5% que le resta por colocar, la intención es ofrecer acciones a los pequeños inversores argentinos.

La venta de YPF, en fin, responde a otra situación de mercado, con otro presidente al frente de la empresa (Antonio Brufau asumió el cargo en 2004) y otra estrategia. Se trata de reducir el riesgo en determinadas áreas geográficas, obtener recursos al tiempo, así como volcar esfuerzos en las actividades (exploración y producción) y los países más prometedores para la cuenta de resultados final, sobre todo Brasil.

La alianza con socios locales y la colocación de acciones en el mercado argentino ayudará a olvidar los años duros pasados por Repsol tras la compra de YPF, en los que no todo fue bueno. Hubo castigo de los mercados por el aumento de la deuda de la compañía; tuvo que hacer frente a la crisis económica en el país sudamericano y tuvo que encarar las dudas sobre la evolución productiva de los pozos y de las reservas de una compañía con un peso de en torno a un tercio del resultado operativo bruto del grupo y más de la mitad de las reservas probadas.

Ahora la situación es muy distinta. En América Latina en general ha crecido el interés inversor, especialmente en el mercado de las materias primas. Y Repsol YPF lo ha aprovechado. Como ha aprovechado la alianza con el grupo Petersen para ceder buena parte de la gestión de la compañía argentina, sin renunciar a la supervisión, pero con menos presión social y política.

El análisis de la empresa es sencillo. En los últimos años, la petrolera había estado centrada con exceso en España y Argentina y había sobrevalorado la cuestión del tamaño. Ello había repercutido en los objetivos, por lo que ahora toca equilibrar los negocios de exploración y producción (rentables, pero volátiles) con los de refino, química, distribución y comercialización.

Equilibrar, en una empresa, significa repartir riesgos, aplicar la vieja máxima de la cesta y de los huevos, pero con un fin. Volcar esfuerzos allí donde se espera mejor cosecha. Para Repsol, la gran cosecha parece estar en Brasil. Sin desmerecer a YPF, primera empresa argentina, Brasil se ha convertido en una fuente de satisfacción para la petrolera. Mana en forma de dinero, de repercusión en los medios por los grandes descubrimientos realizados y de imagen de marca.

Las plusvalías de 2.860 millones obtenidas en la venta del 40% de Repsol Brasil a la china Sinopec es, para los responsables de la compañía, solo un primer capítulo en una historia que se presume exitosa. "Existen grandes sinergias, y el entendimiento entre nuestras compañías establece las bases para continuar potenciando nuestra alianza y explorar nuevas oportunidades de negocios conjuntos en todo el mundo", señaló Brufau tras el acuerdo firmado con Sinopec. La declaración no es solo la que corresponde tras cerrar un buen negocio. Contiene buena parte de lo que Brufau quiere para el futuro de la compañía: nuevas alianzas, más negocios conjuntos en áreas diversas, menos exposición en mercados tradicionales y, por supuesto, más beneficios.

El gas y las reservas

Para encontrar hay que buscar. En la industria petrolera, encontrar es vital. En diciembre pasado, YPF halló gas. Pero no un pequeño yacimiento. Según anunció el vicepresidente de YPF, Sebastián Eskenazi, el yacimiento, situado en la cuenca Loma de la Lata, en la provincia argentina de Neuquén (a unos 1.100 kilómetros de Buenos Aires), podría tener reservas para más de 50 años y permitiría sustituir las importaciones de gas procedentes de Bolivia. Es más que una buena noticia. Supone la entrada de YPF en un nuevo tipo de negocio, el llamado "gas no convencional" (unconventional gas). No se trata de un nuevo tipo de hidrocarburo. Se denomina no convencional porque se extrae de donde antes era imposible. Ahora lo es porque se utiliza tecnología que no existía y con costes que ya permiten obtener beneficios a las empresas.

La denominación "no convencional" engloba al denominado shale gas (gas de esquisto), el tight gas (gas extraído de arenas compactas) y el coal bed methane (metano del manto de carbón). Se ha convertido en una fiebre. En EE UU, el éxito ha sido tal que las grandes empresas del sector, de Exxon a BP, pasando por ENI, Shell o Statoil, han invertido 44.000 millones de euros en apenas dos años.

Fechas clave

- Febrero de 2008: venta del 15% de YPF, con opción a otro 10%, a Petersen.

- Diciembre de 2010:ventas minoritarias en Bolsa y a fondos que superan el 4%.

- Marzo de 2011: venta a fondos de otro 3,83% y OPV por el 7,67%. Valoración de YPF: 16.126 millones de dólares.

- Febrero de 2012: vence la opción de compra del 10% en poder del grupo Petersen. El grupo ha afirmado siempre su disposición a ejercer la opción.

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