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Catástrofe en el Pacífico

Los seis reactores de Fukushima ya tienen conexión eléctrica

Vuelve a salir humo de las dos unidades más problemáticas, la 2 y 3

Los ingenieros japoneses continuaron avanzando ayer en el proceso de estabilización de la central nuclear de Fukushima I y se disponen a arrancar los sistemas de refrigeración, después de haber logrado conectar sus seis reactores con líneas eléctricas. Antes de dar este paso, que podría alejar el riesgo de una nube radiactiva, tienen que comprobar que todos los sistemas funcionan satisfactoriamente. La bomba de refrigeración de uno de los reactores ya está funcionando conectada a la red.

Ayer volvió a salir humo de los dos reactores más problemáticos (el 2 y el 3), en una nueva muestra de las dificultades a las que se enfrenta el equipo de emergencia para controlar la central. Tokyo Electric Power (Tepco), compañía que opera la planta, dijo que el humo se había transformado posteriormente en vapor de agua.

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La agencia de seguridad atómica japonesa afirmó que el vapor procedía probablemente de la piscina de enfriamiento del combustible nuclear usado del reactor 2. La Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos aseguró que la situación parece estar cerca de ser estabilizada.

La crisis de la central de Fukushima, ha hecho surgir las dudas sobre si los directivos de Tepco esperaron demasiado tiempo antes de bombear agua de mar en los reactores para enfriarlos, tras quedar averiado el sistema de refrigeración, porque sabían que esto los inutilizaría definitivamente.

Según Tepco, las cifras de contaminación del agua no suponen peligro para la salud. La empresa afirmó que habría que beber todo el año ese agua para acumular un milisievert, cuando la gente normalmente está expuesta a entre 1 y 10 milisievert al año como consecuencia de las radiaciones normalmente causadas por sustancias en el aire y el suelo.

El Gobierno ha dado orden de que se incrementen las inspecciones de pescado y marisco, aunque muchos pueblos, puertos y barcos en la costa nororiental de Japón resultaron destruidos por la catástrofe, por lo que la industria está en gran parte paralizada.

La contaminación de agua y alimentos se ha convertido en un nuevo campo de batalla para las autoridades, que han dicho a los residentes de algunos pueblos cercanos a la planta atómica que no beban agua del grifo porque han sido identificados altos niveles de yodo radiactivo.

También ha prohibido el envío de leche y verduras desde la zona a otras partes de Japón. China, Corea del Sur, Taiwán y Tailandia han puesto en marcha controles para detectar si hay radiación en los alimentos importados desde Japón.

Trabajadores intentan rociar agua en el reactor 4 de Fukushima.
Trabajadores intentan rociar agua en el reactor 4 de Fukushima.AFP

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