González pacta con Alicante para controlar Cierval

A José Vicente González, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana desde abril de 2005, le salen los números. El expresidente de Femeval, la poderosa patronal del metal de la provincia de Valencia, ha negociado un tándem que completará Javier López Mora, secretario general de Coepa, la patronal provincial de Alicante, para optar a la presidencia de Cierval. El asalto se consumará en la próxima asamblea general de la patronal autonómica que habitualmente se celebra en julio.

González y López Mora relevarán a Rafael Ferrando y Rafael Montero, presidente y secretario general de Cierval, respectivamente, desde 1999. El proyecto de González se presentará presumiblemente ante el próximo comité ejecutivo de Cierval, a principios de abril.

Ferrando seguiría en sus cargos, salvo en la vicepresidencia de la CEOE

Coepa recuperaría su lugar en las patronales nacional y autonómica

Los dirigentes patronales gustan de liquidar sus asuntos internos de puertas para adentro y ofrecer imagen de unidad cara a la galería. Con los números en la mano, el presidente de la CEV no debería tener mucha resistencia. González ya plantó cara a Ferrando en 2005 cuando rechazó que José Vicente Morata, actual presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, fuera el relevo pactado al frente de la patronal provincial de Valencia. Y se salió con la suya. Desde entonces ha asentado su liderazgo. Limpió las cuentas de la CEV y liquidó unas deudas que se arrastraban desde la época en que José María Jiménez de Laiglesia ocupaba la presidencia y Luis Espinosa la secretaría general. Es un firme defensor de la industria como único sector capaz de impulsar la innovación y captar mano de obra cualificada. Objetivo: competitividad, un trabajo de reflexión conjunta auspiciado por la CEV y elaborado con aportaciones de diversos sectores patronales, institutos tecnológicos y profesores universitarios, está a la base de la Estrategia de Política Industrial hasta 2015 pactada por la patronal autonómica y los sindicatos mayoritarios con el vicepresidente primero del Consell, Vicente Rambla.

Femeval, la patronal del metal de Valencia, es la organización empresarial más poderosa de la Comunidad Valenciana por número de asociados y arrastrada por la factoría de Ford en Almussafes.

González cuenta con el apoyo cerrado de Fevama, la federación autonómica de todas las asociaciones patronales relacionadas con el mueble y la madera, una de las organizaciones patronales más articuladas de toda la Comunidad Valenciana.

El acuerdo con Coepa se negocia desde hace meses. Y satisface las aspiraciones de la patronal provincial de Alicante que se ha sentido desplazada del núcleo duro de Cierval. Rafael Ferrando presidió la CEV hasta 2005 y Rafael Montero procede de la patronal provincial de Castellón.

José López Mora, secretario general de Coepa, ha sido la persona elegida para visualizar el acuerdo. López Mora ya fue secretario general de Cierval durante el mandato de José Luis Montes Tallón, que culminó en 1999, cuando la presidencia de la patronal autonómica todavía era rotativa.

Coepa reordenó hace algo más de un año su estructura interna, introduciendo la figura de un director que alivia la carga de trabajo del secretario general y facilita compaginarlo con su nuevo destino en Valencia.

La operación de relevo tiene otros flecos que suenan bien en Alicante. El relevo al frente de Cierval implicaría cambios en la representación de los empresarios valencianos en Madrid. Ferrando ocupa ahora una vicepresidencia de la CEOE, mientras que González es miembro del comité ejecutivo de la patronal nacional. González asumiría la vicepresidencia y dejaría una vacante en el comité ejecutivo que aspiran a cubrir desde Alicante, que reivindica su hueco como cuarta provincia de España.

De acuerdo con los usos patronales, tanto Ferrando como Montero tendrían asegurada una salida digna. Ferrando conservaría todos los puestos que ocupa en virtud de su posición al frente de la patronal excepto la vicepresidencia de CEOE. La salida de Montero, que cuenta con el apoyo del sector azulejero, podría ser más complicada.