Donald L. Cox, líder militar de los Panteras Negras
Tom Wolfe recogió sus violentas soflamas en un célebre reportaje
El 14 de enero de 1970, el compositor y director de orquesta Leonard Bernstein organizó una soirée en su lujoso apartamento de Park Avenue, en Nueva York, para recaudar fondos a favor del movimiento marxista de liberación negra de los Panteras Negras. Gracias a un crítico reportaje del escritor Tom Wolfe en la revista New York Magazine, una escena grotesca dio la vuelta al mundo. Un pantera negra se levantó y después de denunciar lo oprimida que la burguesía blanca tenía a la población negra, dijo: "Si los negocios no nos dan pleno empleo debemos asaltar los medios de producción y ponerlos en manos de la gente". A lo que respondió Bernstein: "¡Me chifla, absolutamente!". Un millonario de Manhattan se rendía ante el comunismo libertario negro. Así nació un movimiento que sus detractores bautizaron como radical chic.
Aquel pantera negra se llamaba Donald L. Cox (1936, Misuri) y falleció el mes pasado en su exilio en Camps-sur-l'Agly, en Francia. Tenía 74 años. Había huido de EE UU a principios de los setenta. Cox apoyaba la violencia para obtener sus fines. Según dijo en la fiesta de Bernstein: "Dicen los cerdos que los Panteras Negras van armados y eso les justifica para buscarnos por la noche y asesinarnos en nuestras camas. No conozco a nadie que no se defendería si vinieran a atacarle a él y a sus familias". Cerdos, mercantes de esclavos, opresores, nazis; no hubo comparación cáustica que se quedara fuera del repertorio de Cox aquella noche de 1970, ante el embelesamiento de Bernstein y su mujer. Otros invitados, como el director de cine Otto Preminger, protestaron indignados ante aquella explosión de violencia verbal.
Cox encarnó como nadie la contradicción de un movimiento que quería ser político, con endebles fundamentos filosóficos y al que el statu quo supo convertir en reducto marginal y mera pose. El partido lo habían fundado Huey P. Newton y Bobby Seale en 1966. Tres años después, 21 militantes fueron detenidos en Nueva York, acusados de intentar volar el jardín botánico y diversas tiendas. Cox, que ostentaba el pomposo título de mariscal de campo de los Panteras, luchó por su liberación. Los 21 panteras fueron exonerados en 1971.
Nacido en 1936 en Misuri, Cox era experto en armas. Enseñaba a los demás militantes a usar pistolas. La violencia era parte de su credo político, y a tenor de las investigaciones policiales, no solo de forma retórica. Después de la cena en casa de Bernstein, a Cox le acusó la fiscalía de haber participado en la tortura y el homicidio de otro pantera negra que era confidente de la policía. Huyó a Argelia y luego a Francia. Nunca regresó a su país.
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