Denominación de origen Bolín

Bolín siempre vuelve. La renuncia al acta de concejal la misma noche electoral que perdió la alcaldía en mayo de 2007 y a la presidencia del partido que fundó en 1995, el Grupo Independiente de Benalmádena (GIB), parecían indicar una retirada definitiva de quien ha sido 24 años alcalde de la ciudad en tres etapas distintas. Pero nada de eso. Enrique Bolín, que acaba de cumplir 71 años, lleva el veneno de la política en la sangre y ante las elecciones del 22 de mayo reaparece en la escena pública. "La gente me pedía que regresara y como tenía tiempo e ilusión por atenderla, pues aquí estamos", justifica.

Aunque ahora solo puede aportar su sello. Esta vez no podrá ser alcalde, como ocurrió en las dos ocasiones anteriores que se fue y volvió, porque está inhabilitado para cargo público por prevaricación al haber concedido una licencia de obras contraria al planeamiento en una sentencia que ratificó en noviembre el Tribunal Supremo. Para que sus votantes no se confundan al no verlo en ninguna lista, Bolín ha puesto su propio nombre a su nuevo partido, Benalmádena Organización Liberal Independiente (BOLIN). El nombre del candidato a la alcaldía, Juan Antonio Lara, es lo de menos. El BOLIN es Bolín.

Franco lo nombró alcalde en 1966 y gobernó 24 años en tres etapas distintas

"Hace cuatro años ya no tenía nada que hacer y por eso me fui, había hecho mi trabajo y ya dije que si no gobernaba, me iba: No había razones para quedarme", explica. Matiza que ahora es muy distinto, y que viene a hacer política en la función que le sitúen las urnas "porque tanto el PSOE como el PP han fracasado, no ha atendido a la gente, piensan en clave de partido, no en el pueblo de Benalmádena".

Bolín llegó a la alcaldía de Benalmádena en 1966 nombrado por Franco y dimitió en 1974. En 1979 ganó las primeras elecciones municipales con Alianza Popular (AP) -ahora PP-, pero en 1983 dimitió tras un escabroso asunto de tráfico de drogas y posesión de material pornográfico en Gibraltar. En 1995 regresó y al frente del GIB ganó tres elecciones consecutivas. Bolín dejó una herencia envenenada. Con alguna que otra sombra: casos judiciales por irregularidades urbanísticas, la exoneración de impuestos a uno de sus concejales, e informes de la Cámara de Cuentas que desvelan gastos injustificados. Y también un mapa político local parcelado en torno a las filias y fobias a Bolín.

Hace cuatro años, Bolín incumplió un preacuerdo con el PP para formar una única candidatura. "Igual me equivoqué, pero creí que no era momento, yo tenía muchos votantes que no lo son del PP". Y recomendó a su lugarteniente en el consistorio, Enrique Moya, actual alcalde, que al fichar por el PP ocasionó el disgusto del anterior aspirante popular, Jesús Fortes, que fundó su propio partido con el que logró tres concejales, aunque ahora regresa al PP.

El resultado fue una gran fragmentación. Con sólo el 25% de los votos, el PSOE ganó las elecciones y pactó un gobierno de coalición con IU y un grupo independiente. Dos años después, una concejal de esta formación rompió y dio el voto decisivo para que triunfara una moción de censura organizada por el PP con los otros grupúsculos de derceha, el de Fortes y los dos grupos salidos del anterior partido de Enrique Bolín.