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Reportaje:MOTOCICLISMO | Gran Premio de Catar

Rebelde Ducati

La firma italiana trabaja con Rossi para hacer "más dócil" una moto con la que solo Stoner fue capaz de congeniar

Nadia Tronchoni

Las únicas casetas en todo el paddock del circuito catarí de Losail resguardadas con una cinta de seguridad son las de Ducati. Nadie tiene más tirada en el mundial de motociclismo que Valentino Rossi. Si antes eran los talleres de Yamaha los que registraban una algarabía continua, ahora son los de la fábrica italiana. Sin embargo, la victoria se le antoja lejana al nueve veces campeón del mundo, que ayer finalizó los últimos entrenamientos libres, antes de la sesión de clasificación de hoy (19.55, TVE-1), a 1,27s del más rápido -Álvaro Bautista sufrió la fractura de un fémur-: "Todavía no hemos sido capaces de trabajar en la dirección correcta con esta moto. Si queremos luchar por algo, debemos ganar al menos dos o tres décimas por vuelta. Con esta moto es fácil alcanzar un nivel, pero luego es muy difícil avanzar".

"La Ducati es cabezota. Y tiene carácter. Hay que domarla", explica Héctor Barberá, que pilota una Ducati desde que se estrenó en la categoría reina el año pasado. Ayer, igual que el jueves, el valenciano llevó la primera Ducati de la clasificación, aunque a escasas milésimas de Rossi, que fue octavo. "Es una moto extraña", reconoce Vittoriano Guareschi, piloto probador y jefe del equipo oficial. "Es cierto que Casey (Stoner) iba muy fuerte estos años, pero los otros pilotos se fatigaban mucho con ella", advierte. Así lo confesaba tras el último entrenamiento del día Rossi, que dijo que necesitará uno o dos meses para estar totalmente en forma. En jornadas como ayer, con dos sesiones, el italiano se resiente de su operación en un hombro -fue intervenido nada más finalizar el curso de 2010, en noviembre-. Sus grandes problemas en la pista se los encuentra en la entrada a las curvas y cuando tiene que tirar de freno: "No tengo fuerza suficiente para tirar de ella. Es bastante difícil". "A esta moto le cuesta girar. En la entrada a las curvas pasa de tener toda la aceleración detrás a tenerla delante. Es muy agresiva", coincide Barberá.

La transformación de la Desmosedici se hace necesaria con el aterrizaje de Valentino en la casa italiana: "Queremos hacer de ella una moto más fácil de llevar para todos. Queremos una Ducati más dócil. Y creo que él puede conseguirlo aportando su experiencia. No pretendemos que él se adapte a la moto como Stoner, sino encontrar el equilibrio justo entre el piloto y la máquina". Las diferencias entre una Ducati y las motos japonesas, esencialmente la Honda y la Yamaha, a las que Rossi ha hecho ganar, es tan grande que aspirar a ganar el campeonato con un tercer equipo es todavía una quimera. "Nuestro punto de fuerza es el motor, el de la Yamaha es la ciclística", analiza Guareschi; "si desnudáramos ambas motos, observaríamos fácilmente la diferencia: mientras la Yamaha, al igual que la Honda, tiene un chasis de aluminio con un motor de cuatro cilindros en línea, la Ducati dispone de un motor de dos cilindros en forma de uve, incrustado en un chasis o minibastidor de fibra de carbono".

La esencia de la moto italiana es única en la parrilla. Esto provoca que el centro de gravedad sea totalmente diferente. En las japonesas está en la zona frontal y por su propia estructura es más fácil mover ese centro de gravedad. No con la Ducati. "Nuestra moto es más similar a un coche de fórmula 1 que a una MotoGP por la diferente distribución de los pesos", explica Guareschi. Los pesos están más repartidos, la pieza que abraza el motor es mucho más grande y no hay un centro de gravedad tan definido. ¿Qué necesita Rossi? Ni siquiera lo sabe todavía: "Aún no la entendemos".

Valentino Rossi, con sus mecánicos, ayer en Losail.
Valentino Rossi, con sus mecánicos, ayer en Losail.HASSAN AMMAR (AP)

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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