Los olivareros se unen contra la gran distribución y exigen precios justos
La Junta reclama que se autorice el almacenamiento privado de aceite
El sector olivarero, tradicionalmente inmerso en la desunión y los recelos permanentes, ha recuperado la unidad de acción para ganar músculo ante los que considera sus enemigos externos (la gran distribución) y también para hacer autocrítica de sus propios complejos y debilidades (la escasa concentración de la oferta). Jaén, capital mundial del aceite de oliva, revivió ayer el espíritu de las movilizaciones de la década de los 90 con una manifestación que reunió a cerca de 10.000 olivareros llegados desde toda Andalucía y desde otras comunidades productoras, como Castilla-La Mancha y Extremadura.
Las cooperativas agrupadas en Faeca, junto con Asaja, COAG y UPA, encabezaron la protesta para pedir precios justos para el aceite de oliva. Y eso después de tres campañas donde las cotizaciones han estado por debajo de los costes de producción, algo que, según el sector, ha acarreado pérdidas de 2.400 millones de euros. Como medida de choque, los olivareros reclaman a Bruselas que autorice de manera urgente el almacenamiento privado del aceite, y no espere a la reunión de mediados de abril del Comité de Gestión de la Comisión de Agricultura.
Miles de agricultores dejan su tradicional desunión y se manifiestan en Jaén
"Han hecho del aceite un producto de saldo", denuncia el sindicato UPA
Pero en las intervenciones de los líderes agrarios se puso el acento en la lucha contra la gran distribución, a la que culpan del hundimiento de los precios. "Han hecho del aceite un producto de saldo, hay que poner freno a esos abusos", exclamó Agustín Rodríguez, de UPA, que reclamó al Gobierno la reforma de las leyes de Competencia y del comercio minorista. Una situación que, en opinión de Rafael Sánchez de Puerta, de Faeca, obedece a que "la demanda está concentrada en pocas manos", puesto que apenas existen cuatro o cinco compradores frente a más de 800 cooperativas que venden por su cuenta. Miguel López, de COAG, añadió que otra "amenaza" es la proliferación de nuevas plantaciones de olivar superintensivo en otros países.
Y hubo espacio para la reflexión interna al coincidir en la necesidad de avanzar en la concentración de la oferta, aunque no faltaron los reparos. "El Tribunal de la Competencia nos tiene asfixiados y nos prohíbe unirnos para fijar precios", denunció Luis Carlos Valero, de Asaja, que lamentó también la falta de presupuesto con que se ha dotado la Ley del Olivar. Valero fue también el más crítico con el Gobierno central, al que demandó un gasoil agrícola y tarifas eléctricas reducidas para garantizar los riegos.
A la manifestación asistieron dirigentes políticos del PSOE, PP e IU, así como miembros de la cúpula empresarial. La propia consejera de Agricultura, Clara Aguilera, muy crítica con las protestas unilaterales de Asaja del pasado miércoles, mostró ayer la "solidaridad" del Gobierno andaluz con los olivareros ante una situación que calificó de "insostenible". Aguilera instó a Bruselas a activar de inmediato el almacenamiento del aceite. El sector entiende que solo con su anuncio permitiría que repuntaran los precios, que están en el umbral más bajo de la década.
El sector tiene ya programado un calendario de movilizaciones que continuará el 1 de abril en Córdoba, el 15 en Toledo y el 29 en Mérida (Badajoz). La intención, más allá de lograr el almacenamiento, es fortalecer un sector del que, solo en Andalucía, dependen más de 300 pueblos, y que ha iniciado la cuenta atrás para el nuevo reparto de las ayudas comunitarias a partir de 2013. Andalucía se juega seguir recibiendo 1.700 millones anuales.
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