¿Qué ha sido de Liu Xiabo?

Parece que el revuelo internacional que supuso la concesión del Premio Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiabo en 2010, que consiguió remover conciencias aletargadas y sacudir las bases de un régimen que amordaza voluntades de cambio ha perdido efecto persuasivo en un momento histórico en que los alzamientos contra Gobiernos absolutistas son una realidad incontrolable.

Esto deriva del empeño del Gobierno chino por silenciar cualquier voz que incite a recordar al Nobel y la fuerza del símbolo de aquella silla vacía en el salón de entrega de los premios en Oslo.

Ahora han negado a Liu Xia, la mujer de Liu Xiabo, y a su familia hacerle visita alguna a la cárcel, aun teniendo por ley derecho a una al mes. A ella, además, le han obligado a vivir presa en su propia casa. Así, sin conexión a Internet, sin teléfono, con vigilancia permanente, tratan de levantar una muralla de silencio en torno al Nobel de la Paz y su familia.

El problema es que lo están consiguiendo. Un hombre que ha luchado de manera pacífica por derechos humanos fundamentales ha sido condenado a vivir como un criminal sin que nadie pueda hacer nada por evitarlo. Estamos obligados a no olvidar y a tratar de luchar por exportar la libertad de expresión y su esencia allí donde todavía no han llegado.