Sol, traca y política

Como en Valencia hacía buen tiempo y era domingo, la mascletà de ayer sentó de maravilla. Encantó en la calle y también en el balcón del Ayuntamiento, que ayer juntó a senadores del PP, dirigentes socialistas y un grupo de 80 valencianos que la Generalitat ha traído en avión desde Latinoamérica para las Fallas.

Los socialistas llegaron al Consistorio pasadas las 13.30. Alli estaban Jorge Alarte, secretario general del partido; Ana Botella, delegada del Gobierno en Valencia; Joan Calabuig, candidato socialista a la alcaldía, y Salvador Broseta, secretario general del PSPV en la ciudad. Además, asistieron algunos concejales del grupo municipal como Carmen Alborch, también senadora, Juan Soto o Francisco Carsí.

Socialistas y populares se juntaron tras la 'mascletà'

La Cruz Roja atendió 45 lipotimias y crisis de ansiedad

La alcaldesa no les recibió, aunque más tarde, después de la traca, compartió un refrigerio con ellos, con algunos ediles de su grupo y con los senadores populares entre demás invitados. Eso fue en alcaldía. Antes, en el salón de Cristal, Barberá departió unos minutos con Carmen Alborch para explicarle cómo funciona el sistema de grabación de mascletades por rayos infrarrojos. Este dispositivo sirve para detectar posibles problemas o para evitar riesgos mientras se disparan los petardos.

En la plaza, la multitud parecía infinita. Todas las calles cercanas estaban atestadas de gente, las terrazas y azoteas presentaban un lleno absoluto, incluso algunos grupos se atrevían con los tejados. Hacía falta mucho líquido, cosa de la que se encargan con eficacia los vendedores ambulantes y también mucho aire, asunto algo complicado de solucionar con tal gentío. De hecho, la Cruz Roja atendió 42 lipotimias y alguna que otra crisis de ansiedad. Tres afectados acabaron en la ambulancia.

En la terraza consistorial hubo más suerte. Pese a la concurrencia, nadie se desmayó o se ansió. Los socialistas se colocaron al fondo, cerca de donde estuvo el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, esta misma semana. Los senadores populares, entre los que se encontraban Pedro Agramunt o José María Chiquillo, se plantaron delante de ellos, junto a la abuela de la fallera mayor infantil, que suele encontrar buena posición.

En primera fila, la alcaldesa, las falleras y la delegada del Gobierno. Barberá y Botella, que no congeniaban demasiado cuando esta segunda trabajaba de concejal, apenas se dirigieron la palabra, caso contrario a la familiaridad con que se trataron la alcaldesa y el arzobispo Carlos Osoro la semana pasada.

Acabada la mascletà de Carlos Caballer, de la que se habló muy bien, cada uno se buscó su paella dominical. Broseta, Calabuig y Carsí la encontraron en el concurso que había organizado la falla de su compañera Chelo Orias.