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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

David Broder, analista de los entresijos de Washington

El veterano periodista de EE UU obtuvo un Pulitzer por sus columnas de opinión sobre el 'caso Watergate'

"No hay nada que podamos hacer al respecto. Igual que Estados Unidos en Egipto". El periodista David Broder escribió el 6 de febrero su último artículo en The Washington Post, el diario que le empleaba como columnista desde 1966. Hablaba de la gran nevada en la ciudad y de las revueltas árabes. El miércoles, murió a los 81 años, en un centro hospitalario de Arlington, a las afueras de Washington, por complicaciones relacionadas con la diabetes que sufría. Broder era el decano de la prensa política de Washington, un experto en los entresijos de la política federal desde los años de Richard Nixon, cuya caída fue propiciada, en parte, por su cobertura periodística del escándalo de espionaje al Partido Demócrata en el hotel Watergate.

Se le consideraba la voz de la razón en un entorno político muy polarizado
"Nada podemos hacer al respecto", afirmó sobre la revuelta en Egipto

"La profecía no entra dentro de las labores de un periodista, pero no se necesita ser un profeta para informar de que el señor Nixon ha creado la exacta combinación de circunstancias que podrían llevar a una petición seria de dimisión". Es parte de una columna de Broder publicada en julio de 1973. Efectivamente, Nixon dimitiría en agosto de 1974. Un hombre en descenso y otro en auge: Broder, por sus clarividentes análisis, ganaría el Premio Pulitzer al mejor comentario de opinión. Supo discriminar la información para contar de una forma clara cómo un presidente podía haber ordenado el allanamiento de las oficinas del partido de la oposición y qué implicaciones tenía aquello no solo para el propio gobernante, sino también para una nación que se enfrentaba a una grave crisis institucional.

Desde entonces, Broder fue la voz de la razón en un Washington dado a una creciente polarización política, oscilando de los años de Jimmy Carter a los de George W. Bush. Hasta que llegó una candidatura histórica, un presidente empeñado en recorrer caminos antes prohibidos. "Una nación cansada de viejas heridas mira hacia delante con esperanza", escribió el 5 de noviembre de 2008, el día posterior a la histórica victoria electoral de Barack Obama. "Los libros de historia, con buen tino, se centrarán en cómo rompió por primera vez las barreras raciales en la Casa Blanca, más que en el avance demócrata en el Congreso". Tenía razón.

Demócratas como el propio Obama y republicanos se unieron esta semana para alabar la lúcida visión que tenía Broder de la política, tomándose un descanso de la creciente polarización que se vive entre el Capitolio y la Casa Blanca. Al recordar sus análisis, muchos se dieron cuenta de qué poco han cambiado algunas cosas en Washington. "El nivel de unidad filosófica dentro de cada partido ha crecido. Hay ahora menos republicanos progresistas en el Congreso que en los años setenta y también menos demócratas conservadores. Los asuntos sociales y económicos tienden a caer dentro de las líneas que dividen a ambos partidos". Esa frase sería válida hoy día, pero la escribió Broder en enero de 1995.

Broder era un modelo a seguir para los centenares de periodistas jóvenes que llegan a Washington periódicamente a cubrir el día a día de la capital política de EE UU. La lectura de sus columnas era necesaria para entender casi cualquier cosa que sucediera en la Casa Blanca o el Capitolio. Sus textos desafiaban las convenciones ideológicas, para encontrar sentido y funcionalidad incluso a los peones políticos más incómodos. "Tomaos a Sarah Palin en serio", escribió en 2010. "Es importante, porque se ha impuesto como una fuerza populista, al nivel de los candidatos que han venido de fuera del statu quo, como George Wallace, Jimmy Carter, Ronald Reagan o Bill Clinton".

Nacido en Illinois el 11 de septiembre de 1929, Broder se licenció en Letras y en Ciencias Políticas por la Universidad de Chicago. Trabajó brevemente en la revista Congressional Quarterly y el New York Times, antes de pasar a formar parte de la plantilla de The Washington Post. Fue también habitual de uno de los programas más vistos de entrevistas políticas, Meet the press, emitido los sábados por la mañana en la cadena NBC. Apareció en ese espacio informativo más de 400 veces desde 1963. Escribió ocho libros. Se codeó con todo tipo de mandatarios. Pero siempre, hasta el último día de su vida, dejó que fuera la calle, y las fuentes que cultivaba, lo que nutría sus columnas. Una lección para periodistas.

David Broder, en 1970.
David Broder, en 1970.KIM ARRINGTON (AP)

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