"Duplicar la construcción nos ha llevado a la crisis actual"
Abogado, ingeniero, catedrático, académico, exvicepresidente del Gobierno, exministro de Hacienda... el presidente del Grupo Villar Mir, Juan Miguel Villar Mir, es un todoterreno. A sus 79 años, no ha parado un segundo. Desde que en 1987 comprase por una peseta una OHL que generaba pérdidas, su gestión ha llevado al grupo constructor a obtener una cifra de negocio de 4.900 millones de euros en 2010.
Con un talento innato para reflotar empresas, dice: "En 2002 vaticiné el ocaso del mercado inmobiliario nacional. Fue el momento de apostar por la internacionalización". Presente en 31 países, aborda ahora el mercado chino, al invertir en la mayor fábrica del mundo de metal silíceo, la materia prima para fabricar células solares fotovoltaicas, "con el fin de tener a largo plazo energía eléctrica a precio competitivo en la que sin duda será la primera potencia económica del mundo". 2011 es su año. El Rey le acaba de conceder el título de marqués de Villar Mir y además ha recibido el Premio al Mejor Empresario del Año.
"La actividad internacional es el 90% de la cartera a largo plazo"
"He mantenido los equipos directivos de las 30 empresas que he comprado"
"La construcción se ha reducido a la mitad. Trabajar en 27 países nos salva"
"Siento ser pesimista: hasta 2012 no creceremos por encima del 2%"
Pregunta. Cierres, quiebras, suspensiones de pagos... y, mientras, el beneficio de OHL aumenta un 25%. ¿Cómo lo hacen?
Respuesta. Los excelentes resultados que hemos tenido en 2010 se deben en gran medida al esfuerzo de internacionalización y diversificación llevado a cabo. Las actividades de concesiones y construcción internacional han impulsado esos resultados, al crecer un 13% en conjunto, mientras que la construcción en España ha caído casi un 23%. La facturación del resto de las actividades del Grupo OHL (industrial, desarrollos y medio ambiente) ha sido de 330 millones de euros, con un crecimiento del 55,3%.
P. ¿Cómo han hecho frente a unos presupuestos austeros que han recortado en 2011 un 31% la inversión en infraestructuras en España?
R. Nos ha afectado tremendamente. Nuestras actividades de construcción nacional se han reducido a la mitad en dos años. Nos está salvando que trabajamos en 27 países. La internacionalización es una necesidad, dado que nos convierte en una empresa exportadora y España necesita muchas exportaciones y grupos empresariales como el nuestro para equilibrar su balanza de pagos. La actividad internacional aporta el 91,6% de la cartera a largo plazo del grupo y el 56,4% a corto plazo.
P. ¿Cuándo saldrá todo el ladrillo del armario?
R. Aún le quedan varios años. Al menos dos, porque el stock de un millón de viviendas sin vender está haciendo de freno a la construcción de nueva vivienda. Desde 2002 vengo diciendo que España tenía un sector de la construcción del doble de tamaño del que correspondía a su dimensión económica. Promotores o corresponsables estaban haciendo el doble de viviendas de las que pedía la demanda porque los intereses eran muy bajos, en ocasiones negativos, inferiores a la inflación. Ha sido un error fundamental que nos ha costado la crisis económica y financiera que padecemos. Es cierto que ha habido un origen en la crisis financiera mundial, pero España ha sumado dos crisis más, la inmobiliaria y la de pérdida de competitividad.
P. ¿Y cuándo acabará la crisis?
R. Vivimos una situación económica difícil que se prolongará dos años más, el tiempo necesario en crear empleo neto, que se generará cuando la economía crezca a una tasa anual superior al 2% porque crecimientos menores se absorben fácilmente con aumento de productividad. Sintiendo ser pesimista, hasta 2012 no creceremos por encima del 2%.
P. Usted es un experto en sanear empresas. ¿Cómo lo hace?
R. No hay secretos. Con trabajo y más trabajo, es una fórmula infalible. Trabajar con continuidad en los momentos fáciles y difíciles; con estabilidad emocional, espíritu de mejora, creando equipos, comunicando, motivando y, muy importante, fijando bien y con antelación los objetivos hacia los que se quiere caminar. Las 30 empresas que he comprado en dificultades o en insolvencia a lo largo de mi vida las he salvado en todos los casos manteniendo los mismos equipos de dirección con los que registraban pérdidas.
P. ¿Algún mensaje a la clase directiva?
R. En España tenemos una clase empresarial y directiva preparada, dispuesta a asumir responsabilidades, y lo está haciendo. Pero hasta que no se materialicen las reformas (laboral, educativa, de la Administración pública, las comunidades autónomas y la política energética) que el Gobierno ha decidido realizar, España no despegará. Otra cosa es la juventud, la cual carece de un sistema educativo que la prepare y motive. No puede ser que los alumnos pasen de curso con asignaturas pendientes del año anterior. Este bajo nivel de formación se traduce en que todas las calificaciones que reciben los centros españoles de estudios sean muy bajas. Sin embargo, las escuelas de negocios españolas figuran entre las mejores del mundo.
P. ¿Qué opina de prolongar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años?
R. Si la esperanza de vida se ha alargado 30 años en el último siglo, no entiendo la resistencia a jubilarnos un poco más tarde. Tengo 79 años y sigo trabajando 12 horas diarias. Es la única manera de producir más y hacer país. Las generaciones de mi época estudiantil tuvieron un espíritu de trabajo y superación muy superior al que existe hoy, y eso empujó a España. En Alemania es normal que, cuando una empresa está en dificultades, los obreros se ofrezcan a trabajar más y cobrar menos para salvarla. En este país eso no lo hace nadie.
P. ¿Cuál es su niña bonita?
R. Una filosofía: crecer deprisa y seguir comprando. Una tecnología que no tienen los demás y una constante tendencia por invertir en innovación.
P. ¿Qué tal ha ido la salida a Bolsa de su filial en México?
R. OHL México ha sacado a Bolsa las concesiones que tenemos allí. Hemos retenido el 70% y se ha colocado entre inversores mexicanos el 30%, con una respuesta excelente, lo mismo que en Brasil hace cinco años. Esta operación se ha convertido en la mayor colocación realizada en el mercado mexicano en los últimos 10 años y en la tercera del sector de infraestructuras de transporte del mundo del último lustro.
P. ¿Por dónde pasa el futuro del Grupo Villar Mir?
R. Estamos invirtiendo en Orán en la que será la mayor fábrica de amoniaco del mundo; en China estamos invirtiendo 260 millones de euros en la que será también la fábrica más grande del mundo de metal silíceo, creando 600 puestos de trabajo, y abordamos un proyecto en el puerto exterior de Huelva, donde construiremos una planta regasificadora con inversión privada y sin subvenciones.
P. ¿A qué aspira el grupo?
R. A seguir creando empleo. Mi mayor satisfacción es pensar que con el esfuerzo de muchas personas, con mi trabajo y asumiendo todo el riesgo empresarial, tengo en el grupo algo más de 30.000 empleos, nacidos de empresas que iban a cerrar o ya estaban cerradas. -
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