La nevada calienta la polémica

La nevada que cayó la noche del viernes entre Las Rozas y Guadarrama dejó durante horas a miles de personas ancladas en el asfalto. Dentro de 3.000 coches y 400 vehículos pesados (incluidos autocares con pasajeros), según los datos de la Delegación del Gobierno. Las máquinas quitanieves no pudieron limpiar la autovía A-6 ni la AP-6 por la cantidad de vehículos que impedían su acceso, lo que provocó la desesperación de los afectados.

¿Hubo falta de previsión por parte de las autoridades? La guerra entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno central se ha reabierto por este caso. Por parte del Ejecutivo que preside Esperanza Aguirre se ha pedido la dimisión de la delegada del Gobierno, Amparo Valcarce, mientras que esta le recuerda que los servicios públicos han funcionado a pleno rendimiento y que la situación hacía inviable dar otro tipo de soluciones.

La previsión meteorológica recogía que hubiera nevadas durante el viernes, pero a cotas superiores a las que cayó. Hacían especial hincapié en una cota de 800 metros de altitud. Pero la realidad es que desde las nueve de la noche comenzaron los problemas en todo el tramo que une Las Rozas con el limite de la Comunidad de Madrid. Las mayores precipitaciones se dieron a partir de las 21.45. Según reconoce la secretaria general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Inmaculada Rodríguez-Piñero, la nevada cayó "con una intensidad y una duración muy superiores a las previstas".

A esa hora estaban repartidas 14 máquinas quitanieves por toda la A-6. Su misión consistía en salir a la vía principal y distribuir todo tipo de fundente, de tal forma que la nieve no llegara a cuajar y los conductores pudieran llegar a sus destinos. Pero se encontraron con un tapón que era imposible de solventar. La A-6 y la AP-6 llena de vehículos. Era viernes por la noche, principio de mes y miles de personas se dirigían fuera de la capital a pasar el fin de semana.

Como las máquinas quitanieves no podían llegar a sus destinos, la nieve se fue convirtiendo en hielo debido a las bajas temperaturas. Otro problema sobrevenido.A todo ello se unió que la mayoría de los vehículos carecían de cadenas. La consecuencia es que se quedaron bloqueados. Pero aun hubo más problemas que agravaron la situación. Un autobús y un camión colisionaron en una zona con obras a la altura del viaducto de La Jarosa. El tráiler hizo la tijera y quedó cruzado sobre el asfalto. Como al lugar no podían acceder ni la Guardia Civil ni una grúa de gran tonelaje, se formó un tapón justo delante de los túneles de Guadarrama.

A las nueve de la noche había en la autovía tres tramos con graves problemas. El primero iba de los kilómetros 12 al 17, en Las Rozas. El segundo era entre los kilómetros 22 y 27. El tercero y último, a lo largo de seis kilómetros, junto al camión accidentado. A raíz de cómo se iban desencadenando los acontecimientos, la Dirección General de Tráfico (DGT) decidió prohibir el tráfico para camiones a las 21.47. Se pretendía agilizar el paso de vehículos sobre todo en aquellos tramos más complicados y facilitar la entrada de las quitanieves. Sin éxito. "Era imposible que entraran las máquinas quitanieves cuando ya se había formado el atasco. La previsión daba nevadas, pero no con la intensidad que cayó, por lo que era imposible solucionarlo con los coches en la carretera. Si esa nevada cae con más tiempo, la habríamos controlado sin problemas", reconoció la secretaria general de Infraestructuras.

Por eso, Tráfico optó por cortar a las 22.30 la circulación de todos los vehículos. Y se crearon dos gabinetes de crisis de forma paralela. El Gobierno central se reunió en la sede de la DGT en la calle de Josefa Valcárcel. Acudieron, además de la secretaria general de Infraestructuras, la delegada del Gobierno en Madrid; personal del centro de gestión de Tráfico y la Unidad Militar de Emergencias (UME), entre otros organismos. Cerca de la Puerta del Sol, en la plaza de Pontones, se constituyó el regional, con el consejero Francisco Granados a la cabeza.

A partir de ahí, ambas Administraciones empezaron a coordinarse para sacar adelante un problema de gran envergadura. "Lo que decidimos es que las máquinas quitanieves entraran en dirección a Madrid, que estaba despejado, y limpiaran la zona. Después abrimos cinco pasos de mediana para que los conductores que quisieran pudieran regresar a la capital. Parte de ellos decidieron esperar y continuar su camino antes que regresar", destacó Rodríguez-Piñero.

La Comunidad de Madrid cedió en ese tiempo cuatro máquinas quitanieves que estaban más próximas y en un punto desde el que podían empezar a trabajar mejor. También acudieron a la A-6 seis equipos de Cruz Roja, tres vehículos de logística de los bomberos de la Comunidad de Madrid (para repartir mantas, sobre todo) y cuatro de Protección Civil. Además, los portavoces de Emergencias 112 no dejaron de mandar mensajes a los medios de comunicación y a través de las redes sociales para informar en tiempo real a los afectados.

La UME también estaba dispuesta para desplazarse al lugar, pero hubiera tenido los mismos problemas de acceso que las quitanieves. La que se desplaza con rapidez es la Guardia Civil. Según los datos de la Delegación del Gobierno, 100 agentes de la Agrupación de Tráfico y 120 de los grupos rurales y de Seguridad Ciudadana se desplegaron por toda la autovía. Durante la noche se congregaron en la zona de la nevada hasta 27 máquinas quitanieves, con 40 personas, que distribuyeron 150 toneladas de sal y 68.000 litros de salmuera. "Lo más importante era reestablecer el tráfico y eso lo conseguimos a las 3.15, cuando ya quedó abierta la circulación", recordó ayer Amparo Valcarce. Durante toda la madrugada, estuvieron trabajando en la región 212 máquinas quitanieves en las carreteras dependientes del Gobierno central.

Los que no tardaron en pedir la dimisión de la delegada del Gobierno en Madrid fueron el consejero Granados y el portavoz del PP en la Asamblea, David Pérez. No en vano, Valcarce será la número dos de la lista de Tomás Gómez a la Asamblea de Madrid, lo que la convierte en un enemigo al que hay que batir. Para Granados, la delegada fue "la responsable de que miles de personas quedaran atrapadas en la A-6". En su opinión, fallaron las previsiones y la coordinación de los medios del Estado. "Pese a que son responsabilidad de la delegada del Gobierno, estuvo desaparecida toda la noche", criticó Granados. Este añadió que durante la madrugada tuvo varias conversaciones con el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el ministro de Fomento, José Blanco. "Ya era muy tarde. Habían fallado las alertas", concluyó el consejero.

David Pérez, siguiendo la tesis de Granados, se preguntó ayer si Valcarce estaba tan ocupada "haciendo campaña para el PSOE". "Gracias al trabajo de la Comunidad de Madrid se pudo rescatar a la gente y, al tener nuestras carreteras limpias, se pudo circular", añadió.

Valcarce aseguró que estuvo por la noche en el gabinete de crisis de la DGT y coordinó todos los medios que estaban a sus órdenes: desde la Guardia Civil hasta las máquinas quitanieves. "La Comunidad de Madrid no dice por ejemplo que le prestamos ayuda en otras carreteras de la región como la M-601 o la M-607. Nuestros técnicos estaban perfectamente coordinados. Han funcionado perfectamente los protocolos", recordó la delegada del Gobierno.

"No son razonables y me parecen una irresponsabilidad las palabras de Granados y de todos los demás del PP. Algo tan importante como la nevada del viernes no se puede convertir en un rédito político. Eso es ventajismo, sobre todo, cuando todo el mundo ha estado trabajando. ¿O es que le tenía que haber llamado cuando todo mi equipo estaba en contacto permanente con sus técnicos?", se preguntaba la delegada.

De la misma opinión era Rodríguez-Piñero: "Esas críticas solo van en un sentido preelectoral contra la delegada del Gobierno. La coordinación fue total entre las dos Administraciones". "El gabinete de crisis estuvo trabajando durante toda la madrugada", añadió la secretaria general.