"Este será un año de supervivencia para el CGAC"
Cuando está a punto de cumplir año y medio al frente del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC), Miguel von Hafe (Oporto, 1967) se muestra satisfecho por lo conseguido en estos meses pese al enorme recorte presupuestario que ha sufrido el centro. La crisis le deja un panorama complicado para sostener una programación que pretende recuperar para el CGAC el esplendor que le llevó a hacerse un lugar en el panorama de los museos y centros de arte contemporáneos europeos.
Pregunta. ¿Está satisfecho con la labor que ha desarrollado hasta ahora en el CGAC?
Respuesta. Cuando empecé ya sabía que el primer año iba a ser muy complicado. Me incorporé al museo en noviembre de 2009 y solo había programación prevista hasta marzo de 2010. Además, teníamos la responsabilidad de hacer una programación acorde con la celebración del Xacobeo. Estoy muy satisfecho del resultado porque hemos tenido exposiciones importantes como la de Zorio, Afro-Modern o la dedicada a Bas Jan Ader. El equipo del CGAC se ha portado de forma maravillosa y con un gran sentido de la solidaridad y ha permitido corregir las carencias que teníamos.
P. ¿Cómo se explica que el centro haya sufrido un recorte de más del 40% en su presupuesto de este año? ¿Qué razones le han dado desde la Consellería de Cultura?
R. En realidad el recorte llega al 50% y además hay cosas que no se han pagado en 2010 y que van a acabar trasladándose al presupuesto de este año. Esta situación es insostenible a medio plazo. Como ejemplo diré que en las dos últimas ediciones de ARCO hemos tenido que comprar obras por la cantidad mínima que se fija en el convenio que tenemos con IFEMA para obras de la colección. La única explicación que nos han dado es la de la crisis económica. Desde la consellería nos dicen que apoyan a la institución pero esperemos que en el futuro podamos volver a unos números que sean mínimamente compatibles con la responsabilidad que tiene el CGAC. No hay un compromiso para ello en 2012 pero está claro que el centro nunca ha trabajado con un presupuesto tan mínimo. Este va a ser un año de supervivencia, pero está claro que no debe prolongarse si queremos que el CGAC siga siendo un centro de arte con repercusión internacional.
P. ¿Ha podido desarrollar, al menos en parte, el proyecto con el que fue elegido?
R. Como director nunca se está preparado para un recorte de este tipo, realmente es un recorte que me deja en una posición muy frágil. He tenido que prescindir de tres exposiciones de producción propia que pretendía realizar este año, pero había compromisos con otros museos que no podíamos dejar de lado. En los años anteriores el centro realizaba compras por un valor que oscilaba entre los 400.000 y los 600.000 euros y ahora estamos en 90.000. Así no podemos seguir.
P. ¿Sería posible buscar capital privado para financiar algunas exposiciones?
R. Esperemos que la voluntad política permita un cambio en los estatutos jurídicos del CGAC para permitir este tipo de cosas. Políticamente es una decisión complicada porque hay quien lo ve como una privatización, pero en realidad se trata de agilizar la administración financiera del centro y así sería más fácil captar patrocinios privados. Después de varios meses de espera parece que ahora volvemos a contar con un patronato. Próximamente nos reuniremos y esperamos que se pueda abordar este tema.
P. Da la sensación de que hay escasa presencia de artistas gallegos en las exposiciones del CGAC ¿A qué es debido?
R. Creo que es más importante integrar a los artistas gallegos en exposiciones colectivas de calidad que dedicarles muestras individuales. Tenemos proyectos en esa línea. De todas formas, trabajar con el contexto gallego no es solo hacerlo con los artistas sino también con comisarios, críticos, etc. Hemos contado con comisarios gallegos como Pedro de Llano y Xosé Lois Gutiérrez, adquirimos piezas de artistas gallegos para la colección y hemos llamado a artistas como Rubén Santiago para alguno de los proyectos realizados en 2010. De todas formas, pretendemos hacer todos los años al menos una exposición dedicada a un artista de aquí. Este año la haremos con Antón Reixa y el próximo con Fernando Casás.
P. El año pasado visitaron el CGAC más de 50.000 personas. ¿Está satisfecho?
R. Estoy poco satisfecho porque es una cifra que me deja un poco perplejo. De todas formas hay que pensar que estamos en una ciudad de 90.000 habitantes y que la cantidad de visitantes equivale a más de la mitad de la población. La verdad es que me ha sorprendido que en Galicia haya poca disposición de la gente para desplazarse de una ciudad a otra para ver una exposición. Por otra parte, no tenemos el apoyo mediático que correspondería, tanto por parte del Ayuntamiento como de la Xunta. En Oporto llegas al aeropuerto y ves un gran cartel anunciando la Fundación Serralves y en el resto de la ciudad ocurre lo mismo. No entiendo como puede ser que lleguen miles de turistas a Santiago y no se enteren de que existe una joya arquitectónica como el CGAC y con unos contenidos muy interesantes.
P. Y ahora, además, llega un nuevo competidor, la Cidade da Cultura.
R. Siempre he creído que hay que optimizar los recursos y en este caso tiene que haber una estrategia de complementariedad. En este sentido, he propuesto que una parte de la colección del CGAC se instale en la Cidade da Cultura, se lo he planteado al conselleiro de Cultura y espero su respuesta. Él tiene que decidir que es lo que se va a hacer con el Museo de Galicia, que cuenta con espacio suficiente para albergar fondos de nuestra colección que ahora se encuentran en un el almacén. No me consta que el recorte que hemos sufrido sea culpa de la Cidade da Cultura.
P. Usted acaba de estar en ARCO. ¿Qué ambiente ha visto allí?
R. ARCO no ha tenido este año el perfil de años anteriores, había mucha presencia de los soportes más tradicionales como la pintura y menos propuestas arriesgadas. Seguramente esto se debe a que hay una apuesta por el coleccionismo privado ante el mal momento económico que atraviesan muchos museos. Las galerías se encuentran también en un clima de supervivencia, me gustaría poder ayudar más a las galerías gallegas pero hemos intentado hacerlo con los escasos recursos de los que disponemos. Lo que no va a poder mantenerse es que los museos hagan diez exposiciones de producción propia al año como venía sucediendo hasta hace poco tiempo. Nosotros apostamos por la coproducción porque nos permite reducir costes.
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