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Beatriz y Virgilio

Narrativa. El canadiense Martel se ganó un lugar de privilegio cuando obtuvo el Man Booker Prize por Vida de Pi (2001), vendió mucho y fue muy traducido. La novela, qué duda cabe, tenía talento y altas dosis de imaginación, resultaba original, era fresca y su autor supo qué significaba el éxito editorial. Beatriz y Virgilio, su nueva novela, es, en cambio, un experimento atolondrado e innecesariamente sofisticado en torno a la posibilidad de recrear el Holocausto judío de la mano de una burra, Beatriz, y de un mono, Virgilio, recordando cómo recorrieron el infierno de Dante y simbolizando el que padecieron los judíos bajo el horror nazi. Una fábula en relación con el Holocausto que se complica con un escritor bloqueado, Henry, que hace de trasunto del propio Martel, un discurso tácito contra el maltrato a los animales, referencias al proceso creativo -algunas simpáticas, la mayoría intrascendentes-, pastiches del estilo de Beckett en su teatro del absurdo y las veleidades literarias de un taxidermista -estupenda, eso sí, la descripción de su taller, con listas que Perec aplaudiría- de sospechoso pasado. Ingredientes con los que podría haberse armado una historia contundente, pero deambulan por la novela demasiadas ideas juntas con escasa armonía entre ellas, demasiada carcasa para un núcleo débil, todo un tanto pretencioso, se oye mucho ruido para las pocas nueces que hay. Sobran estructuras narrativas y probaturas formales. La alegoría al Dante y su infierno apenas si pasa de ser un fogonazo, un enlace seguramente innecesario, y la alegoría zoológica del Holocausto podría haber resultado brillante, pero se va diluyendo hasta convertirse en una fábula moral supuestamente original pero en realidad pacata. No son los fuegos de artificio que acumula Martel en su novela lo que más interés reviste de Beatriz y Virgilio sino, curiosamente, las referencias, a buen seguro autobiográficas, al proceso editorial, al rechazo de un manuscrito, al bloqueo del escritor, a la tipología de géneros, al éxito editorial y a su halo mítico, a ese éxito editorial que Martel alcanzó con Vida de Pi y que no parece fácil que consiga de nuevo con Beatriz y Virgilio.

Beatriz y Virgilio

Yann Martel

Traducción de Mario Sureda

Destino. Barcelona, 2011

225 páginas. 17,50 euros

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