El sueño de Bemelmans
El número 144, con solo siete partidos de la ATP, ante el mejor del mundo - Ferrer, duda
Xavier Malisse, el número 51 del mundo, se mueve con la melena pegada al cráneo con gomina mientras sus piernas sortean conos naranjas. Hay algo de particular en el ejercicio, algo de dinámica de pretemporada, mientras ese pecho generoso y esos abdominales abombados quedan registrados en sus sudores por la cámara del móvil de Ruben Bemelmans, el número 144. Esos dos hombres, tenistas frenéticos de ataque y ataque, son los seleccionados por Réginald Willems, el capitán belga, para enfrentarse a David Ferrer y Rafael Nadal en la primera jornada. En la Davis, sin embargo, nada es lo que parece.
Albert Costa, por ejemplo, tiene hasta una hora antes del partido para decidir si el alicantino se enfrenta a Malisse, hombre hecho bajo el látigo del gurú Bollettieri, o si es mejor que lo haga Fernando Verdasco. Ferrer se retiró ayer del entrenamiento doliente de un brazo, y se le diagnosticó una contractura cervical. Del mismo modo, Willems tendrá hasta 10 minutos antes del segundo partido para replantearse una decisión sorprendente: emplear al número 144 contra el número uno y reservar así al talentoso Olivier Rochus para el encuentro de dobles, que jugará con Malisse, y para un eventual quinto partido el domingo.
A los 30 años, Rochus tiene mil batallas luchadas con un cuerpo diminuto (1,68m) y las piernas demasiado gastadas como para jugar tres partidos en tres días. Ayer la lengua le echaba chispas. "Me siento muy decepcionado. Si hemos llegado hasta aquí es en parte gracias a mí, así que jugar contra el número uno y ante mi público habría sido un gran premio que creo que me he merecido", explicó cabizbajo.
"Vivo un sueño", dijo por su parte Bemelmans, que a los 23 años solo ha jugado siete partidos de la ATP, y que acaba de ganar el challenger de Wolfsburgo, que se disputó en pista rápida y bajo techo, como en Charleroi. Hace no tanto, sin embargo, el mismo cruce se transformó para él en pesadilla: perdió 6-1 y 6-4 contra el español en el torneo de Bangkok en 2010. ¿Qué recuerda de eso? "¡Cómo le pegaba Nadal de fuerte!", se rió el belga, lánguido el pelo y aguileño el rostro, mientras afilaba su tenis de ataque para un encuentro contra Nadal que recordará para siempre.
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