_
_
_
_
OSCAR | BREAKINGVIEWS. REUTERS

Miedo al cine de denuncia

La comunidad empresarial en general suele mostrar poco más que un interés pasajero por el acontecimiento anual en que Hollywood se celebra a sí mismo. Pero la ceremonia de los Oscar de este año tiene inusitadamente nerviosos a directivos e inversores que van desde Houston hasta Silicon Valley, pasando por Wall Street. Los premios podrían dar alas a varias películas que se centran en algunas prácticas controvertidas del sector.

Además, el éxito de estas películas -de crítica y de público- podría tentar a los jefes de los estudios a explotar aún más los aspectos desagradables del capitalismo de forma que pondrían a los directivos empresariales y emprendedores a la defensiva en los próximos años.

Fíjense en la categoría de mejor largometraje documental. Ganar este Oscar puede proporcionarles una tribuna más relevante a algunas películas más pequeñas. Eso es lo que sucedió cuando Una verdad incómoda, el documental sobre los esfuerzos de Al Gore por informar a los ciudadanos acerca del calentamiento global, se llevó a casa una estatuilla en 2006.

Este año, Gasland, una de las candidatas en esta categoría, ya está provocando acidez de estómago a los directivos del sector energético por su polémica mirada a la práctica de la fractura hidráulica. La tecnología conocida como fracking ha desatado un torrente de inversiones en plataformas de perforación en todo el país.

El largometraje de Josh Fox indica que la fractura hidráulica bombea sustancias químicas nocivas a las fuentes de suministro de agua y entraña enormes riesgos medioambientales y para la salud. Con el propósito de defender sus argumentos, el documental muestra llamas que salen disparadas de los fregaderos de desprevenidos habitantes de zonas rurales. El sector del gas ha publicado una réplica. Fox, en una carta abierta de esta semana, decía que un grupo respaldado por el sector energético había presionado para que la película no pudiese ser candidata al premio de la Academia.

De forma similar, un Oscar para Inside Job, el documental de Charles Ferguson, daría más oxígeno a las visiones del cine sobre los tejemanejes de Wall Street, entre ellas la afirmación de que los reguladores y fiscales deberían llamar a declarar a prostitutas para entender el modo en que la vileza moral del sector financiero tuvo un papel en la crisis financiera.

Pero la publicidad negativa no siempre perjudica el resultado final. Una de las candidatas a mejor película, La red social, retrata a Mark Zuckerberg, fundador y consejero delegado de Facebook, como un obseso de la informática éticamente cuestionable. Desde el estreno de la película en las salas, la empresa ha recaudado nuevos fondos que han situado el valor de la web en 50.000 millones de dólares. -

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_