Loa a las pequeñas superficies
Un montaje audiovisual con historias de pequeñas tiendas de barrio reivindica el comercio tradicional
"Yo vendo patatas. Patatas de toda la vida. ¿Dónde se vio que haya patatas solo para freír y otras solo para cocer?", protesta la dueña de un ultramarinos. En una pequeña tienda de calzados, un par de sandalias de plástico se anuncia con instrucciones de uso: "fanaqueiras contra las picaduras de escarapotes". En la droguería que presume de tener potingues imposibles de encontrar en otro lado, hay "vaselina líquida", jabón a base de ceniza y hasta "disolvente para quitar el chapapote". "Lo inventamos para el Prestige pero no triunfó porque no teníamos cogido el tranquillo de la publicidad".
Son fragmentos de las historias de tiendas de toda la vida, desaparecidas o no, que conforman el guión del espectáculo audiovisual reivindicativo Pequeñas superficies que se estrenó el viernes en el mercado coruñés de San Agustín. Un montaje ideado por Olaia Sendón, profesora de la Escola de Imaxe e Son, para loar "la atmósfera maravillosa" de las tiendas de barrio frente a las moles impersonales de los centros comerciales, "un modelo impuesto que nos convierte en animales de consumo frente al de la tienda tradicional, donde saben cómo me llamo, me guardan las cosas y forma parte de la identidad de mi barrio y ciudad", explica Sendón.
Sendón contrapone la atmósfera de viejas tiendas y la de grandes áreas
Reivindica "otro estilo de comprar" con este proyecto artístico nacido en 2009. Cámara en mano, recorrió tiendas emblemáticas de su ciudad recopilando historias, objetos e imágenes de un tejido comercial ahora en vías de extinción. A Coruña vive desde 2008 una escalada desenfrenada de grandes superficies que tendrá su colofón en abril, cuando abra sus puertas el tercer mayor centro comercial de Europa. Un bum que dio al traste con muchas tiendas tradicionales a las que se rindió también homenaje en este espectáculo, anunciado con esquelas de locales ya desaparecidos y la proyección de sus escaparates clausurados. Entre los puestos de pescado vacíos del céntrico mercado, a oscuras pero iluminado con cientos de velas, Sendón fue proyectando imágenes de su documental entre las bóvedas del techo, mientras el actor Gustavo Pernas deambulaba por la plaza, recitando frases de algunas de esas historias de tenderos tradicionales y blandiendo objetos comprados en esos lugares, unos simbolos empaquetados para la ocasión en bandejas plastificadas como las que tanto usan las grandes superficies.
"Si esta tienda estuviese abierta, también tendríamos una historia que contar", repetía el orador cuando aparecía la imagen de un establecimiento otrora emblemático. El espectáculo, con música en directo, recreaba una atmósfera de velatorio, con la nostalgia de locales que ya no existen. Pero también reivindica y celebra que aún existan tiendas de toda la vida.
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