"Si te presentas a un concurso pensando solo en vencer, malo"

A Carlos Villalba (50 años) le sobraron seis segundos para hacerse el miércoles pasado con el bote más alto de la historia de Pasapalabra en Telecinco: 852.000 euros. Este técnico informático madrileño dice que acabar con 24 aciertos -de los 25 términos que configuran la prueba final, el temido rosco- la tarde de su estreno en el concurso que pilota Christian Gálvez ya fue un buen presagio. Las dotes adivinatorias no fallaron y 21 programas después de aquella primera proeza es ya un concursante de récord. "Mi vida no va a cambiar", afirma categórico a través del teléfono al salir del trabajo. Villalba conquista el título que hasta ahora ostentaba otro madrileño, Antonio García, que en septiembre de 2009 ganó 450.000 euros.

También fue un día histórico para el programa que, con más de 3,5 millones de seguidores (26% de cuota de pantalla) se convierte en la edición más vista del formato.

Pregunta. Con ese pellizco en el bolsillo y usted trabajando...

Respuesta. Sí, trabajo en una empresa de informática y ahí continúo. Voy a seguir con la misma vida de siempre. El dinero lo voy a emplear en hacer cosas que antes no podía como llevar a mis hijas a Disney París o viajar con ellas a Canarias, a la isla de La Palma para que conozcan la tierra de sus abuelos.

P. Llegó al final con 19 segundos y a falta de tres respuestas. ¿Muchos nervios?

R. Soy tranquilo y muy poco expresivo y aunque no se me notaba, sí estaba nervioso porque sentía que podía ganar.

P. "Algo muy ardiente, abrasador, que escuece" era la pregunta. "Urente" fue su respuesta. Y de ahí a la gloria. Pero usted seguía con su sangre fría.

R. Es que soy así; no soy de dar saltos. Si hasta en el trabajo me han dicho que tenía la misma cara de siempre. Cuando gané me quedé como a la expectativa y hasta que la concursante no me abrazó y después vino Christian a felicitarme no reaccioné.

P. El rosco del triunfo ¿le pareció fácil, complicado...?

R. Fácil. Hubo otros mucho más difíciles. Fue un rosco con muchas definiciones y pocos autores... Y para mí eso era mejor.

P ¿Qué materias le han traído por la calle de la amargura?

R. Más que nada los escritores, sobre todos los modernos.

P. ¿Algún ejemplo concreto?

R. Sí, el primer día fallé el apellido de Carlos Fuentes. ¡No me voy a comprar ningún libro suyo!

P. ¿Y cuál ha sido la receta de su éxito?

R. Un porcentaje del éxito puede deberse a la suerte, pero la ciencia infusa no existe. Decidí que iba a contestar solo a lo que sabía. Era una forma de mantener la autoestima, porque si empiezas a fallar te decepcionas. También traté de acabar la prueba antes que mis contrincantes.

P. ¿Qué opina de sus adversarios? ¿Le dieron muchos quebraderos de cabeza?

R. No me atrevo a valorar si un concursante es bueno o no; los nervios y la presión juegan malas pasadas, y con uno de mis rivales lo llegué a tener complicado. Y es cierto que el que lleva más tiempo en el programa impone psicológicamente al novato.

P. ¿Por qué se presentó a Pasapalabra?

R. Lo veo siempre y a mi madre le encanta. Decidí probar para ver si le daba un vuelco a mi vida. No por el bote, sino por hacer algo diferente, mi idea era participar, hacer un papel digno y marcharme a casa con algo de dinero. Si te presentas a un concurso pensando solo en vencer, malo.

P. ¿Piensa probar suerte en otro concurso?

R. Me gustan Atrapa un millón de Antena 3 y Cifras y letras de La 2, pero no voy a repetir.

P. ¿Es aficionado a los crucigramas, dameros, juego de palabras?

R. Como mucha gente me gustan, pero tampoco soy un loco.