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Reportaje:TALENTOS QUE ARRIESGAN

Orgániko, mucho más que chocolate

Creativos del área de comunicación se lanzan al mercado del sabor ecológico

No hay más que mirarles a los ojos para saber que María Eugenia Pozo y Carlos Ortiz son dos apasionados de la vida. Pocos alimentos despiertan tantas pasiones -y están tan relacionados con la pasión- como el chocolate. Súmense ambas afirmaciones y se comprenderá el porqué ambos emprendedores dejaron sus estables y bien remunerados trabajos en una agencia de comunicación para, en 2006, hacer realidad su sueño creando Chocolate Orgániko, un obrador chocolatero que hoy exporta sus productos a más de quince países, "incluidos mercados con tanta tradición chocolatera como Suiza y Austria. Incluso a los mexicanos les ha encantado y eso que son productores de cacao", dice Ortiz.

A la lista habría que sumar Alemania, Andorra, Dinamarca, Portugal, Reino Unido, Chile, EE UU, Canadá, Taiwan y los países que se irán sumando en los próximos meses. "Desde el principio vimos que si queríamos vender nuestros chocolates teníamos que salir fuera. En países como Alemania la gente tiene mucha más cultura de consumir productos ecológicos", dicen. "Aspiramos a ser un referente internacional en algunos años, cuando más gente en España tenga el hábito de comprar en tiendas ecológicas".

Compartieron creatividad en sus anteriores trabajos. "Una etapa que nos sirvió para saber cómo éramos uno y otro y qué podíamos aportar cada uno al proyecto común", recuerda María Eugenia. Aprendieron juntos el oficio de la mano del maestro chocolatero Ricardo Martínez, propietario de Moulin au Chocolat, de Madrid. De nuevo una suma, creatividad más oficio, para inventar algo nuevo. "Sabíamos desde hace mucho tiempo que el chocolate, cuando es elaborado de una manera natural, sin añadir grasas adicionales, resulta muy beneficioso para la salud, al no ser alterado artificialmente. De esta forma, el cacao, siempre procedente de agricultura ecológica, igual que el resto de los ingredientes que utilizamos, llega al consumidor con todas sus propiedades naturales intactas". Y eso vale, también, para el resto de los componentes de las recetas de Chocolate Orgániko: miel, especias, coberturas, frutas confitadas, azúcar de caña. Aquí todo es biológico (certificado).

Incansables rastreadores de información, María Eugenia tiene claro que "nuestras experiencias en el mundo de la comunicación nos permiten detectar las tendencias del mercado, para así poder ofrecer productos que se adapten a ellas", los emprendedores han investigado mucho sobre el cacao, lo que incluye haberse pateado el mundo ("vas a París o vas a Bélgica y allí por donde pasamos buscamos el chocolate que tienen..."). Precisamente, uno de esos viajes les llevó a República Dominicana, el mayor productor mundial de cacao ecológico. "Fuimos a las plantaciones, conocimos sus sistemas de trabajo; comprobamos quién estaba certificado como productor ecológico. Al final, decidimos comprar allí porque, además, es el mercado logísticamente más cercano, lo que abarata mucho los costes", dice Carlos.

Tras meses de desarrollo, ensayos, errores y aciertos, Chocolate Orgániko se presentó desde una pequeña nave de la carretera que une Alcalá de Henares y Ajalvir (municipios del noreste madrileño), con un catálogo de trufas, bombones y tabletas de variadas y sorprendentes elaboraciones, algunas de ellas tan exóticas como aquellas que incluyen aceite de oliva virgen extra, con limón y pimienta rosa, chile, romero, clavo de olor o flor de sal de Ibiza.

La compenetración entre los dos socios es perfecta. Y el reparto de tareas, también. Eugenia, comunicadora y vendedora nata, se encarga de las relaciones con los clientes; Carlos, diseñador industrial, hace las presentaciones y embalajes. "Todo forma parte de un modo de hacer las cosas artesanal y cuidadoso, que queremos transmitir a nuestros clientes".

Disponibles en escaparates muy escogidos ("tipo tiendas delicatessen") y ya conocidos por algunas de las publicaciones de moda, diseño y gastronomía de prestigio como Wallpaper (Reino Unido), Z¡NK (EE UU) o Vogue (Francia), los golosos del mundo ya saben de Chocolate Orgániko, una dulce e innovadora pasión.

Proyectos

- Los dos socios de Chocolate Orgániko pretenden ampliar sus instalaciones y comprar maquinaria nueva para poder transformar el cacao ellos mismos. Este es el primer reto que tienen entre manos.

Perfil

- María Eugenia Pozo es licenciada en publicidad y relaciones públicas, con experiencia laboral en marketing y cuentas. Carlos Ortiz es experto en diseño gráfico y ha trabajado 10 años como creativo en una agencia de publicidad.

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