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El primer juicio por el asesinato de Marta acaba sin localizar el cadáver

La fiscalía plantea que el El Cuco pueda ser condenado solo como encubridor

Javier Martín-Arroyo

El cadáver de Marta del Castillo permanece oculto tras la conclusión ayer del juicio al menor Javier G. El Cuco, el primero de los dos previstos por la desaparición de la joven sevillana. "Yo también sufro por no saber dónde está el cuerpo. Era amigo de Marta y si me he mostrado frío es porque estoy tranquilo", alegó en su turno de última palabra el menor de 17 años. La fiscalía considera que El Cuco miente al igual que los cuatro adultos implicados en el crimen.

El ministerio público se apoya como prueba clave en el testimonio que ofreció Miguel Carcaño, ex novio de la víctima, un mes después de su detención: "Relata de manera minuciosa y veraz (...) la violación y asesinato de Marta (...) Las pruebas periciales encajan plenamente en dicha declaración como las piezas de un puzle", indicó ayer la fiscalía en un comunicado.

El ministerio público solicita seis años de internamiento en un centro cerrado como máxima pena por asesinato, violación y un delito contra la integridad moral de la familia al no desvelar el paradero del cuerpo. Pero también incluye una condena alternativa por si el juez de menores considera que el relato de Carcaño es una prueba demasiado débil, por lo que solicita tres años de internamiento por un delito de encubrimiento.

La fiscalía razona que considera verosímil el relato más crudo de Carcaño -de sus cuatro versiones- porque en aquel momento a este solo se le imputaba un delito de homicidio. Además, durante su estancia en la cárcel Carcaño no se retractó sino que la reiteró en una carta escrita antes de intentar suicidarse. Las pruebas obtenidas por la policía científica encajan con el sórdido relato del crimen: informes biológicos, huellas dactilares, manchas con los perfiles genéticos de Marta y El Cuco, el tensiómetro y la navaja son detalles que el ministerio público subraya para reforzar la credibilidad del relato de Carcaño.

Además, en su escrito resalta el sufrimiento "devastador, desmesurado e imposible de superar" que la ocultación del cadáver ha provocado a los padres. Mientras la acusación particular pidió también seis años de internamiento, la defensa solicitó la libre absolución del menor porque los horarios de los implicados no encajan con el relato. El juicio está visto para sentencia, aunque la cuestión de inconstitucionalidad de la Ley del Menor planteada por la familia, retrasará el fallo al menos diez días.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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