"Con el balón haremos grandes cosas"

Al día siguiente de fichar por el Espanyol, Joan Verdú (Barcelona; 1983) se presentó en las oficinas del club para sacar seis abonos de temporada para su familia. Quería empezar bien su aventura como blanquiazul, ligarse a una entidad que le proponía un estilo de juego acorde a su fútbol. "Ser protagonistas con el balón", define el técnico Mauricio Pochettino. Con Verdú como enganche, como conductor del juego y trampolín. Hoy se batirá con el Madrid en Cornellà-El Prat y lo tiene claro: "No podemos renunciar a nuestro juego. Hacerlo sería perjudicial".

El miércoles pasado fue horrible para Verdú, sacudido por una fuerte gastroenteritis que apenas le dio respiro. Dieta blanda, reposo y el jueves un entrenamiento bien suave. "Estoy listo para jugar", aclara. Eso espera Pochettino. Ausente por completo De la Peña, enredado en sus perennes lesiones musculares, Verdú es capital en el Espanyol. Ha participado en todas las jornadas menos en una y acumula 1.765 minutos (por los 1.835 de Callejón, líder en el registro). "Me salen las cosas y tengo la confianza de los compañeros y el míster. Pero lo mejor son los resultados positivos, que nos han dado alas", señala el 11. Y se siente como un niño en el patio del colegio, capaz de todo. "Sí, es esa sensación", explica, "que tienes la pelota y sabes que puedes hacer algo bueno".

Se siente cómodo con la ideología del Espanyol, que pasa por la presión adelantada, el juego de asociación y la movilidad de los hombres avanzados. "Aunque costó implantar esta apuesta", revela Verdú; "porque este equipo estaba acostumbrado al contragolpe; porque primaba el resultado sobre el juego". Pero los blanquiazules ya tienen el toque en su ADN. "Es un fútbol acorde a nuestras cualidades. No le veo inconveniente alguno. Creo en este juego y, desde luego, no echo de menos el tirarme para atrás y esperar a las segundas jugadas", remarca. Y remata: "Con el balón, haremos grandes cosas". Le da igual contra quién se enfrente.

Llega el Madrid con la necesidad de puntuar para que el Barça no le descabalgue de la Liga. "Quizá esa es su debilidad", señala Verdú; "podemos jugar con esa ansiedad". Pero no tiene claro que la desidia defensiva de Benzema (o Adebayor) y Ronaldo sea un punto flaco. "Cuando se quedan descolgados, pueden cogerte con la zaga abierta. Aunque también te dan libertad para jugar", conviene el jugador, que señala a CR7 como la pieza indispensable. Xabi Alonso y Özil son el engranaje ofensivo. "Son de esos jugadores que se caracterizan por escoger lo mejor en cada momento. Pero en ese sentido, no hay nadie como Xavi". Su referencia, porque dice no ser pillo. "Más bien", apunta; "me gusta dar ritmo al juego y al equipo". Siempre como media punta. "Aunque ya no existe esa figura que solo crea. Pochettino nos exige a todos que realicemos la presión. Y estoy preparado para los 90 minutos". Entre otras cosas, porque su capacidad pulmonar y de recuperación es asombrosa. Por eso en los ordenadores del cuerpo técnico siempre es de los jugadores que más kilómetros realiza.

Sin Osvaldo como ariete -sigue su recuperación en Argentina y volverá en el arranque de marzo-, Verdú asume los galones del equipo. Pero siempre con la pelota entre los pies.