El Parlamento reclama que el Ayuntamiento de Ibarra revoque las ayudas a presos

La Comisión de Derechos Humanos del Parlamento instó ayer al Ayuntamiento de Ibarra, gobernado por el PNV, a que revoque "de inmediato" las ayudas que destina a familiares de presos de ETA para sus desplazamientos en visitas a cárceles fuera de Euskadi. Si el consistorio no atiende el requerimiento, el Parlamento emplaza al Gobierno central, al que competiría la actuación, a recurrir las subvenciones ante los tribunales.

La cuestión de estas ayudas ha resultado siempre controvertida. Los Gobiernos anteriores las incluían también en los presupuestos anuales, hasta que el PSE las suprimió al llegar al Ejecutivo. Durante el debate de ayer, el PNV, Aralar y el representante del Grupo Mixto, el parlamentario de EB, Mikel Arana, se opusieron a la iniciativa, que había presentado el PP y salió aprobada con el apoyo del PSE, ya que ambas formaciones suman mayoría absoluta.

Carlos Urquijo, del PP, denunciado las ayudas como "vergonzosas" desde el punto de vista moral, igual que si fueran a familiares de pederastas, dijo, y las consideró "una humillación" para las víctimas del terrorismo, en contradicción con las indicaciones de la ley que las ampara. este extremo fue rebatido por la peneuvista Maribel Vaquero, que lo consideró una interpretación del PP . Vaquero resaltó como una contradicción que concejales socialistas de Azkoitia u Oñate hayan votado ayudas, que también se ha aprobado, dijo, en Beasain, Eskoriatza o Zumaia.

Aintzane Ezenarro, de Aralar, rechazó la "doble condena" que sufren las familias de los presos alejados y Arana afeó a PSE y Pp que usen su mayoría en el Parlamento para revocar acuerdos de otras instituciones.

Sortu y la reinserción

Frente a la defensa de las ayudas por los nacionalistas, que pidieron el acercamiento a cárceles vascas como mejor modo de hacerlas innecesarias, el socialista Jesús Loza abrió un debate de nuevo cuño que interpela a los propios reclusos y también a la nueva marca de la izquierda abertzale, Sortu. A los primeros les animó a reinsertarse y a esta formación a apoyarles en el empeño, como modo de que escapen a la presión de la banda terrorista que quiere mantenerlos colectivamente alineados.

La clave para el acercamiento está ahí, vino a decir, puesto que los presos fueron dispersados y alejados para distanciarlos del medio que les llevó a delinquir. Loza puso de relieve la contradicción que supone que Lortu acepte la legalidad mientras a los presos se les impide acogerse a ella y, por tanto, acceder a condiciones más favorables para ellos y sus familias.