Torres se enfrenta a su destino

En el día de su estreno, Fernando Torres se enfrenta a su destino. Así definió el ariete del Chelsea el duelo de esta tarde frente al Liverpool (17.00, Canal+), el equipo que defendió en los tres últimos años y medio sin título alguno, más allá de ser el goleador más certero de la Premier -65 dianas en 102 partidos, un tanto cada 120 minutos- por delante de Drogba (uno cada 151), ahora su compañero de equipo y línea. "Cuando tienes la ocasión de ganar la Champions y la Premier, no puedes decir que no", convino The Kid en el día de su presentación en sociedad como blue. Un deseo que ayer tomó forma: desaprovechó cuatro goles el Arsenal (4-4) ante el Newcastle y pinchó el Manchester United frente al Wolverhampton (2-1) para consumar su primera derrota del curso. El Chelsea, cuarto y 10 puntos por debajo, se juega buena parte de la temporada. Un reto a la medida de Torres.

Tras los pinchazos del Manchester United y el Arsenal, los 'blues' miran hacia arriba

Repudiado por la afición del Liverpool, que quemó su zamarra a las puertas de la ciudad deportiva de Melwood al entender su marcha como una traición en un momento de zozobra -el equipo solo aspira a la Liga Europa tras cambiar a Roy Hodgson por Kenny Dalglish-, Torres es una persona no grata en Anfield. "Se podía haber ido en el verano", le criticó Carragher. "La mayoría de mis excompañeros me han felicitado", replicó Torres, que, elegante, le señaló como uno de los mejores defensas de la Premier. Reina, portero red, secundó a su amigo: "Quizá no se fue en el mejor momento, pero no es una falta de respeto. El Liverpool creció con Fernando y viceversa". Incluso Meireles le echó un cable: "Me ayudó mucho cuando llegué y le deseo lo mejor, aunque no contra el Liverpool". Y remató: "Es normal que los jugadores cambien de equipo. Respeto su elección".

Torres digiere la animadversión red con pesar. "Me habría gustado salir de otra manera porque allí he sido muy feliz", admitió. Pero él, pase lo que pase, es colchonero. "Cuando nací, en Madrid, no era fan del Liverpool ni del Chelsea. Solo lo era del Atlético y sigo siéndolo", recordó. Una declaración que no le importó a la afición blue, que admira a su costoso fichaje -58 millones de euros-, que aguarda sus goles y que en el foro del club ya avisó de su decisión de silenciar cualquier crítica que le prodigue hoy el rival en Stamford Bridge, su nueva casa.

La participación de Fernando en el encuentro, en cualquier caso, podría hacerse esperar. Avisó el técnico, Carlo Ancelotti, que tres entrenamientos son pocos, por más que haya sudado de lo lindo, incluso en solitario cuando sus compañeros disputaban en Sunderland la Premier. Queda por ver si el entrenador mantiene el 4-3-3 para dar cabida al tridente ofensivo (Drogba, Anelka y Torres, con Kalou en la recámara), o sitúa a Drogba y The Kid en la punta del ataque, más cómodos con la ofensiva frontal que con la arrancada desde la banda.

Pase lo que pase, respira el hincha del Chelsea porque tiene en sus filas a su mayor verdugo -acumulaba Torres cinco goles en los últimos cuatro duelos contra el conjunto londinense- y tiembla el Liverpool, que con la venta de Torres ha reforzado la delantera con Luis Suárez (26,5 millones al Ajax) y Andy Carroll (otros 35 al Newcastle). "En caso de marcar", aclaró Torres, "no creo que lo celebre por respeto a la afición del Liverpool". Pero el gol es el medio para alcanzar sus metas. "La mayoría de mis compañeros de la selección española tienen todos los títulos. No estoy celoso, pero quiero 40 o 45 fotos mías como campeón", aclaró. Arranca el reto.