"Creí que el 11-S debía pedir perdón a la audiencia"

Esta mujer lleva 20 años almorzando tarde. Y los que la ven almuerzan mirándola a las tres, cuando da las noticias en el Telediario de TVE. Ana Blanco empezó pinchando discos en los 40 Principales de la cadena SER en su ciudad, Bilbao, llegó por "esas coincidencias que tanto le gustan a Paul Auster" a TVE desde Telemadrid, y ha resistido el estrés del directo ("es un privilegio, otros lo pasan peor, al mando de un camión, por ejemplo") trabajando "muy duro, pero gracias a un gran equipo de compañeros".

Tiene delante la responsabilidad de "dar noticias", ahora en solitario, "pero en un tiempo con Francine Gálvez y luego con Matías Prats"; no siente vacío, ni hambre. "Comemos a la una de la tarde, cualquier cosa". Se lleva ensaladas, y come "ante el ordenador", poniendo orden en un panorama "que desgraciadamente casi siempre es de malas noticias". Cuando puede come en serio. "Y me gusta comer; cocino cosas sencillas; mi madre dice que hago muy bien las tortillas", afirma.

La periodista presenta desde hace 20 años el Telediario de TVE

Pero mientras ella habla los demás comemos. Así que aquí, en este restaurante que cierra la cocina a las cuatro, viene con un hambre moderada por ese tentempié y tiene estómago tan solo para un bocadillo. "Pero qué bocadillo". Eligió jamón. Un poco raro el almuerzo, ¿eh? "Sí, qué dirán los lectores. Pero, a esta hora, ¿qué cosa puede apetecer más que un bocadillo?".

Viene tranquila, el mediodía "ha tenido sus malas noticias, pero hoy no han sido tan malas". Una mala, una pésima noticia, la agarró en directo, "y sin nada en el estómago". El estómago se le llenó de pronto de un temor: "¿Y si lo que estaba dando en directo aquel 11-S fuera una fabricación, si fuera mentira?" En el aire, aviones incendiados, las Torres Gemelas ardiendo, "la peor noticia del siglo XXI, y nosotros en directo". Hasta que un chico presente en los hechos "nos dio un recuento exacto de todo lo que había pasado". Periodismo ciudadano. "Sí, pero en esa ocasión funcionó". "¡Hasta que no nos dimos cuenta de que no era un montaje pensé que tenía que pedir perdón a la audiencia por haber desatado esa alarma!"

Cree que está "en el mejor trabajo posible: dar noticias mientras están ocurriendo". Que eso tiene el mediodía, "que hay que estar en el aire mientras la actualidad se está organizando todavía". ¿De lo que más se siente orgullosa? "De que los informativos de la cadena pública no hayan tenido nunca la tentación de la frivolización". ¿Y lo que más le duele? "Los compañeros que nos han dejado por el ERE, la experiencia que se fue con ellos".

La información ha cambiado, "ahora nadie concibe que no estés allí donde se produce la noticia; Internet ha acostumbrado a la audiencia a ese don de la ubicuidad, y con esa certeza hemos de trabajar". ¿Le estresa la audiencia? "La audiencia no es un objetivo; no hay que hacer cualquier cosa para tenerla".

Pues tiene mucha audiencia; como el resto de los informativos de su cadena, ella es líder. Desde hace 20 años, debe de ser un récord. ¿Le da vértigo el futuro? "No, el futuro es todos los días. Cuando llegue el día de dejarlo algo habrá que hacer". Entrevistas, quizá. "Quizá, sería fascinante". Así podría almorzar a su hora. "¡Además!".