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Un equipo internacional estudia los peces migratorios de los ríos

El Umia y el Ulla quedarán integrados en una red de control

Durante los dos próximos años, científicos de Galicia, norte de Portugal y la región de Aquitania, en el sur de Francia, estudiarán las poblaciones de especies migratorias de los ríos para obtener datos de su estado actual y contribuir a su conservación y recuperación. El punto de partida de la investigación, que coordina la Estación de Hidrobioloxía Encoro do Con (EHEC), dependiente de la Universidad de Santiago, no es muy optimista, porque la presencia en los ríos de Europa de las especies objeto del estudio -el salmón, la anguila, la lamprea, el sábalo, la saboga y la trucha común- ha descendido en los últimos años debido al aumento de la temperatura del agua, la contaminación y el impacto de barreras físicas, como embalses, que interrumpen el paso de los animales que remontan el cauce para desovar.

"Desde los años 70 desciende el número de peces que entra en nuestros ríos", advierte Fernando Cobo, el director de la EHEC. La saboga y el sábalo apenas suben el Miño porque las presas les cortan el paso. Difícil es también el futuro de las poblaciones gallegas de salmón, la especie más amenazada de las seis que estudiará el proyecto. Galicia constituye el límite meridional en la distribución de esta especie en Europa. En el caso de la lamprea es la sobrepesca, apunta Cobo, la que está mermando la entrada en los ríos. El caso de la anguila es el más particular, porque las poblaciones que llegan a los ríos gallegos proceden de una sola zona, el mar de los Sargazos, donde esta especie se reproduce y muere. "En este caso lo que más influye son las corrientes", señala el investigador. El cambio climático, las inundaciones, las sequías y, en definitiva, "la mayor frecuencia de acontecimientos extremos", está apartando de Galicia a especies de "gran importancia económica, pero también sociocultural", resume.

El proyecto cuenta con un presupuesto de 824.000 euros, el 75% procedentes de fondos europeos. Al término de la investigación, los ríos Umia y Ulla, en Galicia, el tramo internacional del Miño y el Nivelle, en Francia, quedarán integrados en una red de control con el objetivo de establecer directrices conjuntas de explotación sostenible.

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