El PP y toda la oposición boicotean la firma tras un desaire de La Moncloa
Los grupos solo recibieron una invitación por correo y no el texto del acuerdo
Era un día grande para el Gobierno, pero un fallo de gestión política lo deslució mucho. El Ejecutivo quería asimilar la firma de ayer a los Pactos de La Moncloa, en 1977. Y para ello necesitaba contar con la presencia en la firma de varios grupos, al menos CiU, el PNV y Coalición Canaria, con los que ha negociado la reforma de pensiones. También quería al PP.
Pero no los invitó más que por un correo electrónico. Nadie los llamó ni se preocupó de garantizar su asistencia, nadie les envió el documento cerrado en la madrugada del lunes, y los grupos, molestos, decidieron no acudir. Solo fue el PSOE. Así, y aunque previsiblemente el Gobierno contará con el apoyo de todo el Congreso salvo de la izquierda cuando la reforma llegue a la Cámara, ayer la imagen no fue de unidad.
El martes por la mañana nadie recibió el texto. Todos lo leyeron y se lo descargaron de la edición digital de EL PAÍS, que lo adelantó. Ayer aún no se lo habían enviado oficialmente a nadie, lo que tenía molestos a todos. A las 13.58 del martes, los portavoces recibieron un correo electrónico firmado por Miguel Utray, director del departamento de Protocolo de la Presidencia del Gobierno, que incluía una invitación para el día siguiente a las doce del mediodía. El correo confundía el nombre de José Antonio Alonso, portavoz del PSOE, y le llamaba Juan Antonio.
Solo algún portavoz, como el del PNV, Josu Erkoreka, recibió una llamada adicional desde el Gabinete del presidente invitándole al acto. Erkoreka respondió que estaba en EE UU y no se le ofreció la posibilidad de enviar a otro representante de su grupo. No hubo llamadas de alto nivel.
Josep Antoni Duran Lleida, portavoz de CiU, que ha negociado la reforma de pensiones pero no la del mercado energético, no recibió ninguna llamada ni el texto cuando ya era público. "No quería ser padrino de un acuerdo cuyo contenido ni conozco", aseguró, molesto. Nadie de CiU acudió a La Moncloa. El PP, que casi con seguridad se verá forzado a apoyar en el Congreso un acuerdo de pensiones avalado por empresarios y sindicatos, estaba también muy molesto. Aunque ha habido contactos previos -Zapatero llamó a Rajoy el jueves y antes Elena Salgado se vio con Cristóbal Montoro-, el martes Soraya Sáenz de Santamaría sólo recibió ese correo de Moncloa con la invitación, como los demás.
IU e ICV no acudieron porque están en contra del acuerdo. El portavoz de ERC, Joan Ridao, aseguró que presentará enmiendas en el trámite parlamentario y añadió que no se conforma "con que se haya recortado el recorte" de las pensiones gracias a la intervención de los sindicatos.
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