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Los amigos de Marta declaran que El Cuco se obsesionó con ella

El menor Javier G. El Cuco, acusado de violar y asesinar a Marta del Castillo, estaba "enamorado, obsesionado o encaprichado" con ella e iba con frecuencia a buscarla, según declararon ayer dos amigos de ambos en el juicio a El Cuco. Los chicos recordaron cómo el menor comenzó a salir con una amiga de Marta "para estar más cerca de ella". Sin embargo, otros testigos de la amistad entre Marta y El Cuco definieron su relación como "normal" y la fiscalía matizó ayer que se trataba de "adolescentes con relaciones distintas" al concepto de los adultos.

Ayer declaró asimismo la madre de la mejor amiga de la joven desaparecida, que relató cómo entonces se temió "lo peor" cuando a las 5.00 de la madrugada la noche del crimen llegó al piso del asesino confeso Miguel Carcaño, y percibió "un fuerte olor a lejía y estaba demasiado ordenado". Según su testimonio, el hermano de Carcaño negó entonces que conociera a Marta. "Era una pandilla buena, consolidada, donde los padres nos conocíamos", relató la testigo, que lamentó el "maldito momento" en que el presunto asesino y sus cómplices se unieron a ella.

Mientras, uno de los jóvenes afirmó que a la 1.30 de la madrugada llamó a El Cuco al móvil para que se uniese a la búsqueda de Marta y le notó con voz adormilada, lo que invalidaría la acusación de que a esa hora estaba participando en la operación para deshacerse del cadáver. Sin embargo, fuentes de la acusación preguntaron cómo, si era tan amigo de Marta, fue capaz de acostarse pese a que desde la medianoche sabía que Marta había desaparecido.

Samuel Benítez, que se enfrenta a ocho años de cárcel como cómplice, se unió tarde a las labores de búsqueda y acudió con un jersey ligero pese a tratarse de una noche muy fría. Dos chicos que participaron en las primeras labores de búsqueda declararon ayer que sobre las 2.00 de la madrugada acudieron al piso de la calle León XIII, donde supuestamente murió Marta, levantaron las persianas del salón desde la calle y vieron que dentro estaba oscuro y en silencio. Al comprobar que no había nadie, no levantaron las persianas del dormitorio principal para no molestar a sus ocupantes.

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