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Noche de humor inglés en Madrid

El Giggling Guiri Club de Comedia trae a la capital al monologuista irlandés Patrick Monahan para los que quieren disfrutar de la risa en otro idioma

Se abre el telón y aparece un guiri... No es el principio de una broma, sino el comienzo de un torrente de bromas, todas ellas en inglés. El Giggling Guiri (algo parecido en español a el guiri que se ríe a lo tonto) trae cada mes a España a un humorista angloparlante para llenar unas noches en Barcelona y Madrid de buen rollo, risas y multiculturalismo.

El club, el único de habla inglesa, nació en el año 2005 de la mano del irlandés Stephen Garland, que llegó a España en 2003 buscando el sol después unos años de estancia en Finlandia. Garland habla por teléfono desde Barcelona, donde reside actualmente, y dice convencido que espera que 2011 vaya a ser el año del Giggling Guiri en la capital, después de su éxito en Barcelona.

El promotor dice que es una buena forma de practicar el idioma
El público español es el más leal una vez que se atreve a ir la primera vez

"Hemos sufrido un poco en Madrid en los últimos años", dice. La causa, asegura, es que el club ha ido dando tumbos de un teatro a otro buscando un buen sitio desde que en 2006 tuvo que salir del teatro Alfil (calle del Pez, 10), escenario que lo vio nacer. Con voz animada, Garland cuenta ahora que desde septiembre del año pasado el show ha podido regresar a este teatro, su hogar natural.

"El Alfil es perfecto para la comedia. Se puede ver perfectamente desde todo el teatro, lo que es muy importante. Además, se pueden traer bebidas a los asientos", dice. Y es que el alcohol es fundamental si se quiere pasar una verdadera noche de comedia angloparlante.

Garland viene hoy a Madrid en compañía de Patrick Monahan, un conocido humorista del circuito británico que alcanzó la fama al ganar un prestigioso premio para nuevos cómicos en el año 2001. Para el promotor de las citas, Monahan muestra exactamente el espíritu de mezcla de culturas que representa el Giggling Guiri. El monologuista nació en Irán, de padre irlandés y madre iraní, y vive en Newcastle, en el norte de Reino Unido. Suele bromear con que, por sus orígenes, cuando era niño solía pasar sus vacaciones familiares en las aduanas de los aeropuertos.

Un escenario de lujo, un humorista de primera línea y una minuciosa organización son los ingredientes. Suena perfecto para los británicos, norteamericanos y australianos que buscan un trozo de su propia cultura aquí en la capital, pero ¿funcionará para el público español?

Garland cree que para los que tienen un buen nivel de inglés no solo puede funcionar, sino que es un recurso "fabuloso". Apunta dos razones. En primer lugar, tiene una espía. Su mujer Valeska, brasileña, y que, según asegura su marido, habla el idioma de Shakespeare con un nivel bastante aceptable. Por eso, ella suele ver actuaciones de todos los cómicos antes de que vengan a España e informa de si pueden funcionar o no para los no nativos. "Si hablan demasiado rápido o el acento es imposible, no los traemos", explica.

Segundo, y lo que es más importante, es que los cómicos saben actuar delante de audiencias internacionales. "La industria del humor en inglés actualmente es global", apunta Garland. Monahan, por ejemplo, ha puesto a prueba su humor ante audiencias de todo el mundo. Además de países angloparlantes, ha llevado sus funciones a Oriente Próximo y a muchos otros países europeos, como Bélgica, Alemania y Francia. "Él, como todos los humoristas de hoy en día, sabe adaptar su comedia a la situación, y eso es parte de la magia".

Los monologuistas que trae Garland escriben su propio material y lo adaptan a cada público, no solo antes de salir a la escena, sino incluso dentro de la propia actuación. Su reacción ante la audiencia y la capacidad de improvisar espontáneamente es algo que vale la pena ver y que cada vez atrae a más gente.

Garland, que nació en 1972 en un pueblo pequeño irlandés a una hora y media de Dublín, se metió en la comedia después de haber trabajado durante años como promotor musical en varios países europeos. No lo echa de menos. Está seguro de que la comedia es un mundo mucho más amable que la música y destaca, además, la humildad de los humoristas. Él, que costea los billetes de avión, las comidas y el alojamiento de los monologuistas, valora que los artistas adapten sus honorarios cuando vienen a España y se olviden de que en sus países puedan ser estrellas y cobrar mucho más que lo que él puede ofrecer.

Tras varios años de shows, Garland sostiene que la gente más leal al Giggling Guiri son los españoles, una vez superado el miedo de venir la primera vez. "Es fantástico para aprender inglés, cada mes tienes un acento distinto, hay ritmos diferentes", dice. Y antes de empezar y una vez acabado el monólogo, se puede seguir practicando con el resto de guiris del público.

A los miles de métodos diferentes anunciados en la radio y la televisión para aprender inglés, Garland aporta uno diferente con la posibilidad de echarse unas risas.

El humorista Marcel Lucont durante su actuación el pasado mes de octubre en Madrid.
El humorista Marcel Lucont durante su actuación el pasado mes de octubre en Madrid.

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