El triunfo de la resistencia
El Levante se impone a un Getafe indolente en un duelo bronco
Sugestionado toda la semana con imágenes de pasados éxitos épicos y apelando a la unión y la fe, el Levante, con orgullo e ilusión, logró una victoria balsámica y esperada ante un Getafe indolente al que le faltó pasión para dar lustre a las apariencias. Deprimido en un enero para olvidar, el conjunto de Míchel fue superado por el ánimo de un Levante que no se rinde y que sabe que su humilde objetivo es llegar al final con posibilidades de salvación.
Inmersos en una dinámica negativa, ambos equipos decidieron remitirse a sus creencias. Con poco fútbol, el Levante apeló a la voluntad mientras el Getafe insistió en el fútbol combinativo que promueve Míchel desde la dirección y que resulta agradable a la vista y sospechoso a veces en el marcador, como en los últimos cinco partidos, en los que solo ha conseguido un empate por cuatro derrotas.
LEVANTE 2 - GETAFE 0
Levante: Munúa; Venta, Ballesteros, Del Horno, Juanfran (Nao, m. 66); Xavi Torres, Pallardó; Valdo (Wellington Silva, m. 88), Xisco Muñoz (Iborra, m. 71), Juanlu; y Caicedo. No utilizados: Reina; Cerra, Xisco Nadal, Iborra y Stuani.
Getafe: Ustari; Torres (Colunga, m. 65), Cata Díaz, Rafa, (Marcano, m. 59) Mané; Boateng, Mosquera (Gavilán, m. 57); Pedro Ríos, Parejo, Manu; y Miku. No utilizados: Codina; Víctor Sánchez, Borja y Casquero.
Goles: 1-0. M. 46. Valdo. 2-0. M. 54. Caicedo.
Árbitro: Ramírez Domínguez. Expulsó a Xisco Nadal y Manu en el minuto 77. Amonestó a Parejo, Venta, Xavi Torres, Pedro Ríos y Caicedo.
10.497 espectadores en el Ciutat de València.
La defensa del Levante es una oda a la veteranía. Del Horno, ejerciendo de central, era con 30 años el juvenil de la zaga, acompañado por los 34 de Juanfran -que terminó en el hospital con un esguince cervical tras un choque violento con Manu que derivó en una de las reiteradas tanganas que tuvo el encuentro-, uno menos de los que cuentan Venta y Ballesteros. La rapidez no es el fuerte de los defensores azulgrana, que por ello se agrupan en torno a su área.
Siempre a partir del esférico, el Getafe hilvanaba con cierto criterio y demasiada pausa cada jugada hasta llegar a las cercanías de Munúa, ayer de nuevo titular. Buenas sensaciones, apuntes solo de un equipo en ocasiones víctima de su virtud. Por el contrario, con poca cosa, el Levante era capaz de asustar. A la media hora, Caicedo se recreó en un control encontrándose solo frente a Ustari, que adivinó la trayectoria de su disparo.
Fue un aviso para el Getafe, que, al regreso del descanso, vio cómo Valdo lograba rematar sin oposición un centro de Juanlu tras un remate fallido de Caicedo. Acertó poco después el delantero ecuatoriano en un balón en profundidad que Caicedo elevó ante la media salida de Ustari para refrendar el triunfo. El de la resistencia.
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