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Un jurado absuelve a un acusado de matar a una prostituta

José Carnero, de 54 años, llevaba más de tres en prisión. Salió de la Audiencia Provincial de Lugo el miércoles a medianoche sin esposas y por la misma puerta que habían entrado sus acusadores. Un jurado popular lo acababa de declarar inocente de la muerte de una mujer que ejercía la prostitución en Ourense y cuyos servicios, supuestamente, demandaba con periodicidad.

Además, se ha librado por ahora de continuar pernoctando en la cárcel los 17 años que demandaba el fiscal, si el jurado calificaba los hechos como asesinato o 14 años si lo consideraba homicidio. Al final, ni homicida ni asesino. Los ocho hombres y tres mujeres que esta vez integraron el jurado popular en la sección segunda de la audiencia lucense decidieron, sin emplear mucho tiempo, que con lo que se había acreditado durante los dos días de vista oral no había argumentos suficientes para que Carnero, un hombre "introvertido", pero que no era mala persona, como lo definieron algunos testigos, continuara entre rejas.El veredicto ha desatado la polémica y la figura del jurado se ha vuelto a colocar en el disparadero, tras haber echado por tierra la versión de la acusación pública, según la cual el sospechoso había contratado los servicios de la víctima, que tenía 37 años, el 14 de septiembre de 2007, para trasladarla luego hasta su domicilio en la parroquia de Arxemil (Sober, Lugo).

El escrito de acusación sostiene que golpeó a la mujer en la cabeza y la cara y luego dejó el cuerpo abandonado en una cuadra anexa al inmueble y se ausentó del lugar.

A quien se le atribuían estos hechos no fue localizado hasta que pasaron cuatro días, cuando sufrió un accidente y tuvo que ser evacuado a un hospital de Pontevedra, donde se procedió a su detención. El mismo tiempo se tardó en encontrar el cuerpo de la víctima, que cuando fue descubierto presentaba la cara muy desfigurada como consecuencia de los golpes que recibió, supuestamente, con un hacha y un mazo.

Con la mirada perdida propia de una persona que está "en límite de la normalidad", según su abogado, o con un nivel intelectual "por debajo de la media", según el fiscal, el acusado no reconoció los hechos y dijo que en ocasiones le prestaba la casa a la víctima para mantener relaciones con otros hombres.

La Guardia Civil aseguró en el juicio que se pudo constatar "fehacientemente" que había contratado los servicios de Pili, el único nombre que aparecía en la agenda de su móvil, en la madrugada de un viernes al sábado, aunque su cuerpo no apareció hasta el martes siguiente.

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Ausencia de huellas

La ausencia de huellas en las supuestas armas homicidas o la falta de pruebas analíticas más concluyentes hizo que el veredicto del jurado estuviera en la línea de lo que horas antes se había preguntado el abogado defensor del acusado: "¿Dónde están las pruebas?".

De todas formas, el caso todavía tendrá más recorrido. Una de las abogadas de la acusación particular, María Jesús Tapia, ya ha anunciado que presentará un recurso e incluso exhibió el temor, "real y no imaginario", a una posible fuga mientras se resuelve el papeleo. "Si ya escapó una vez, donde su familia no conseguía localizarlo e incluso no asistió al funeral de su padre, también lo puede hacer en una segunda ocasión", subrayó la letrado, quien confía en que "al final" se haga justicia, ya que a día de hoy, concluye, "según mi opinión, no se ha hecho"

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