La cuestión nuclear encendió los ánimos de UGT y CC OO
"Da la impresión de que hay alguien en el Gobierno que trabaja para impedir el acuerdo", exclamó el pasado jueves Ignacio Fernández Toxo, el secretario general de Comisiones Obreras. La acusación era grave. En medio de las negociaciones para lograr un pacto social que abarque la reforma de pensiones, la negociación colectiva, las políticas activas de empleo y la política industrial y energética, las palabras del líder sindical cayó como un trueno.
Toxo se refería a las informaciones que el pasado miércoles indicaban que el Gobierno había propuesto hablar del alargamiento de la edad de las centrales nucleares, y en concreto de Garoña. Las centrales lo desmintieron con rotundidad. Pero las palabras del ministro de Industria, Miguel Sebastián, y del de Presidencia, Ramón Jáuregui, dando pábulo a la información, aumentaron la irritación tanto de CC OO como de UGT. Así que el responsable de Trabajo, Valeriano Gómez, salió dos horas después de la exclamación de Toxo a desmentir que se hubiera tratado sobre centrales en las negociaciones.
Para los sindicatos llovía sobre mojado. Ya les molestó que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, proclamara la semana anterior en una entrevista que era irreversible que elevar la edad legal de jubilación y el número de años para cobrar la pensión completa. El esfuerzo de Gómez cayó en el olvido pronto. El mismo jueves por la tarde trascendió que Trabajo había enviado a las comunidades el documento base en la reforma de las políticas activas de empleo. Los sindicatos habían reclamado concreción el día antes en una reunión.
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