La ola de robos lleva a agricultores de Alicante a dormir en las fincas

"Tengo 70 años, pero aún cada noche, sobre las 2 y las 5 de la madrugada, doy una vuelta por la finca, porque a cada instante hay un robo", asegura Antonio, propietario de una explotación de alcachofas en La Vega Baja. Otros campesinos han optado directamente por pasar las noches en los campos para proteger sus cosechas de los amigos de lo ajeno. "Tenemos vigilancia privada, pero tampoco es suficiente; si controlan una zona, por la otra ya están robando", explica Javier, otro agricultor de la comarca.

El pasado año, según datos facilitados por AVA-ASAJA, los robos de cosechas en el campo valenciano subieron un 50% respecto a 2009, y las pérdidas económicas superaron los 15 millones de euros. En las últimas semanas de diciembre y en lo que va de este mes, los cacos han puesto su punto de mira en la producción de alcachofa de los campos de La Vega Baja. Durante ese periodo, según datos facilitados ayer por Jóvenes Agricultores de Alicante-ASAJA, solo una de las grandes empresas de la comarca dedicada al cultivo de esa hortaliza, la firma SAT-Olé, ha sufrido una decena de robos, con una pérdida total estimada en 200.766 euros. Esta empresa ha contratado un servicio de vigilancia privada en sus explotaciones.

AVA estima el valor de los hurtos de cosechas en 2010 en 15 millones

Los cacos han puesto su punto de mira en la alcachofa de La Vega Baja

Los agricultores resaltan no solo las pérdidas que les causan los hurtos, sino los destrozos en las cosechas. "No solo cortan el fruto, en este caso la alcachofa, apta para la venta, si no que arramblan con todo e inutilizan prácticamente la planta", afirma Eladio Aniorte, presidente de Jóvenes Agricultores de Alicante-ASAJA.

Bartolomé Ramírez, director técnico de la mencionada empresa hortofrutícola, abunda en la tesis del dirigente agrario y apunta otro efecto colateral de los robos en los campos: sus consecuencias en la salud pública. "Es necesario aumentar la inspección sanitaria en los puntos donde se revende lo robado, porque algunos de los productos están aún en fase de tratamiento", explica. "Nosotros conocemos qué producto es ya apto y cuál no, pero los cacos, obviamente, cogen lo primero que pillan", añade. El responsable técnico de la firma hizo hincapié en los daños que provocan los cacos en los cultivos. El valor de los productos robados en los 10 asaltos a sus campos es de 28.566 euros, mientras los daños globales han alcanzado los 172.000 euros.

Los campesinos y el dirigente de Jóvenes Agricultores coinciden en demandar más vigilancia policial en los campos y endurecer las penas. "Los cacos entran por una puerta del juzgado y salen por la otra, al no estar tipificados los robos como delitos, sino como hurtos", dijo Aniorte.

La ola de robo en los campos ha sido el motivo por el que el consejero de Gobernación, Serafín Castellano, ha decidido reunirse con los alcaldes de los municipios de interior de Castellón, el próximo día 2, para tratar la posibilidad de mancomunar las policías locales. Castellano les explicará "cómo se pueden mancomunar los cuerpos y poner los recursos que tenemos a mano". El consejero afirmó que esta opción está incluida en el borrador de la Ley de Policías Locales que prevé "que se mancomunen cuando, por sus medios, no puedan abarcar todas las funciones que le son propias".