Tecnólogos, contra la pared
Educación bloquea la optativa de Tecnología en los institutos, clave para cursar ingenierías - Alumnos, profesores y Universidad analizan las consecuencias
Un montón de materiales precintados se acumula en las estanterías del aula taller de un instituto público del noroeste de Valencia. Hay motores de prueba de potencia, generadores, mesas de trifásica, elementos de neumática, material para prácticas de electrónica... El centro tiene dos profesores de Tecnología Industrial, pero solo dos alumnos de 2º curso de Bachillerato interesados en estudiarla, con una clara vocación de cursar una carrera politécnica. Pero la Consejería de Educación ha vetado la autorización del grupo. "El material está muerto de risa. Embalado", confirman. Entre Paterna, La Canyada y Godella, sin embargo, hay tres centros concertados con autorización. "¿Por qué la Educación no deriva a los alumnos de los privados que quieran hacer Tecnología a uno público?", se preguntan desde la Asociación de Profesores de Tecnología de la Comunidad Valenciana (APTCV). La respuesta, para la asociación, es obvia: el Gobierno valenciano concertó hace años todos los Bachilleratos, pese a haber plazas en los públicos. Paga la nómina docente y los gastos de funcionamiento. "Hay que amortizarlo".
Hay zonas con centros públicos sin Tecnología, y tres ofertas concertadas
A solo 20 minutos en coche, en pleno centro de Valencia, se encuentra el IES Lluís Vives. "Estamos en lo que los alumnos llaman el zulo. Un antiguo almacén habilitado para prácticas de Tecnología Industrial y Electrotecnia, solo para grupos pequeños", describe Julio Olmo, profesor de Tecnología de Bachillerato con 13 alumnos que tienen muy claro que quieren ser ingenieros.
"Son héroes, porque podrían haber elegido Dibujo Técnico, pero prefieren tener más carga curricular y una formación más orientada a la titulación que quieren cursar", confirma Olmos.
Yi Quiang Ling quiere ser programador informático. Marcos Solaz, ingeniero de Telecomunicaciones, como Jaume Torres. Torres, del IES Malilla, cambió de centro porque no había Tecnología. Lo mismo hizo María Pitarch, del IES Ramón Llull, que quiere ser ingeniera industrial y necesitaba estudiar Tecnología Industrial II. Fernando Herrero quiere hacer Arquitectura; Nacho Arnal, ser ingeniero de Caminos y Víctor Grau, ingeniero informático. Están en una amplia aula taller de Secundaria de un instituto tradicionalmente proactivo, que ha conseguido captar la vocación tecnológica de 14 estudiantes.
"Los profesores de Tecnología Industrial", explica Olmos, "se han buscado la vida para reutilizar, para conseguir equipos de electroneumática, electrónica digital o hidráulica, para que los alumnos experimenten". Se ha hecho con materiales de desecho, como viejos aparatos de aire acondicionado, para que los alumnos puedan manipularlos. Este tipo de material se compra con lo recaudado en la Fira de Nadal. "Es una apuesta propia por la Tecnología del centro, no de la Administración", sostienen los profesores.
La materia de Tecnología Industrial II junto con Electrotecnia son las dos más ponderadas en las pruebas de acceso a la universidad (PAU), en un montón de carreras, desde Ciencias Exactas a Ciencias de la Salud, y todas las ingenierías y arquitecturas. Pero en la Comunidad Valenciana una normativa que -como denuncia la APTCV, es "única" en toda España- condena a los alumnos de la red pública con vocación tecnológica a cambiar de optativa; tener menos puntuación en las PAU; trasladarse de instituto, o desistir y cambiar de especialidad. "Muchos se cambian de especialidad, en Bachillerato", confirman los profesores consultados.
En este bloqueo hacia la Tecnología hay dos factores. Uno económico, la dotación de material que la consejería envía a los nuevos institutos cuesta unos 50.000 euros. La APTCV le ha propuesto que invierta solo 4.000 y aproveche los programas de simulación actuales. Resultado, negativo. Y otra, la "discrecionalidad" de la inspección para conceder autorizaciones, coinciden los entrevistados. "Hay centros que tienen autorizado el segundo curso de Bachillerato, pero no el primero. Otros, con dotación y profesores, y sin autorización. La consejería no cumple ni su propia norma".
"Fraude social"
Las materias de Tecnología Industrial y Electrotecnia, presentes en las "competencias básicas" que deben adquirirse en los títulos de grado de Bolonia para las ingenierías y arquitecturas solo se imparten en 79 de los 422 institutos públicos y privado-concertados de la Comunidad Valenciana. Es decir, en el 18% de centros. La APTCV combate lo que considera -en el último manifiesto firmado por 10 directores de escuelas politécnicas de las cinco universidades públicas- un "fraude social".
Vicente Cerverón, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Valencia y redactor del manifiesto del 8 de noviembre, junto a Enric Torres, presidente de la APTCV, sostiene que "Europa reclama un conocimiento importante de tecnología para todo el mundo, así lo recoge la Declaración de Lisboa y la reciente Ley de Economía Sostenible del Gobierno". No obstante, "aquí, la consejería facilita una serie de optativas y dificulta esta tan importante", coincide otro profesor del Cefire de Elche.
Para Cerverón, "hay un giro a la inversa. Una vuelta a carreras socialmente conocidas como Medicina o Ciencias Sociales, cuando en este país faltan tecnólogos". Cerverón reconoce que esta situación les obliga bajar el listón el primer año de carrera y hacer "como que no la han estudiado", porque la mayoría de alumnos "llega sin conocimientos". Torres subraya que esta "discriminación" de los tecnólogos "no existe en ninguna otra comunidad autónoma".
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