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Crónica:ALMERÍA 1 - REAL MADRID 1 | FÚTBOL | 19ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Experimento fatídico de Mourinho

La exclusión de Benzema y la alineación de Kaká como hombre más adelantado añade confusión a un Madrid que encalla en Almería

Diego Torres

Almería, precario baluarte del último clasificado en la Liga más desigual de la historia reciente, fue el lugar elegido por Mourinho para explorar salidas al laberinto en el que se ha metido. Quizá especulando con la debilidad del rival, el técnico del Madrid encabezó la excursión con la mente alejada de los problemas inmediatos que plantea la competición. Por una parte, pensando en el futuro, emprendió la búsqueda de alternativas tácticas que no incluyan a Benzema en el ataque. Como no le considera una referencia ofensiva seria, dejó al francés en el banquillo y trasladó un mensaje a la directiva que va más allá de la petición de un fichaje. Más que encontrar un sustituto a Benzema, el técnico pretende conquistar rincones de poder dentro del club que hasta ahora le han vedado. Para estos efectos precisa unas prerrogativas que, de momento, Florentino Pérez le niega.

ALMERÍA 1 - REAL MADRID 1

Almería: Diego Alves; Míchel, Silva, Carlos García, Juanma Ortiz; M'Bami, Bernardello; Piatti, Kalu Uche (Vargas, m. 63), Crusat (Jakobsen, m. 75); y Ulloa (Goitom, m. 87). No utilizados: Esteban; Pellerano, Corona y José Ortiz.

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Albiol (Carvalho, m. 63), Sergio Ramos, Marcelo (Granero, m. 63); Khedira, Xabi Alonso; Di María, Özil, Cristiano Ronaldo; y Kaká (Benzema, n. 55). No utilizados: Adán; Garay, Pedro León, Gago y Canales.

Goles: 1-0. M. 59. Ulloa. 1-1. M. 76. Granero.

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Albiol, Kalu Uche, Carlos García, M'Bami y Özil.

13.893 espectadores en el estadio Juegos Mediterráneos.

Como no le considera una referencia ofensiva seria, dejó al francés en el banquillo
El brasileño nunca será un 'nueve' y tampoco encontró líneas de pase
Cristiano se estrelló con el larguero en una falta ya en el descuento
Acostumbrada a las decepciones, la afición local no imaginó lo que haría su equipo
Más información
"Ha sido la clásica situación de acoso y derribo"

En estas tensiones andaba el Madrid cuando arrancó el partido en el silencioso estadio Juegos Mediterráneos. La afición local asistió descreída a los primeros tanteos. Acostumbrada como está a las decepciones, no imaginó que su equipo estaba a punto de someter al Madrid a una prueba cuyo resultado puede sentenciar la Liga.

La decisión de Mourinho fue grave y comprometió un partido que, sobre el plano, parecía uno de los más sencillos de resolver. El técnico situó a Kaká como hombre más adelantado, ocupando el carril central, y le rodeó de colaboradores. A la izquierda, en el costado donde se encuentra más cómodo, Cristiano. A la derecha, Di María. Por detrás, como enganche, Özil. El desenlace del experimento desacreditó al brasileño, que no aprovechó las incursiones de los extremos y se superpuso con Özil. Hasta ahora, la eficacia del Madrid había dependido de la velocidad de ejecución de sus atacantes. La incorporación de Kaká añadió un factor de confusión. El equipo ganó en precipitación y le faltó precisión. Pocas veces en los últimos meses ha jugado tan mal el Madrid como en ese tramo inicial del encuentro de ayer.

Kaká nunca será un nueve, pero posee recursos temibles para cualquier defensa. Frente al Almería, la situación le exigía inteligencia para asociarse, unirse a sus compañeros, tocar rápido y llegar por sorpresa. Su fracaso no consistió en no rematar ni una vez a puerta, sino en ser incapaz de establecer líneas de pase que aclararan las jugadas. Kaká está autorizado a alegar que le falta ritmo de competición. Pero su entrenador no lo creyó así. Su imprecisión concedió tiempo a sus adversarios. La defensa del Almería aprovechó para adelantar la línea y contribuir a achicar el campo. Bernardello, el mediocentro, estuvo magnífico coordinando estas labores de barrido y en ellas encontró la colaboración abnegada de M'Bami, Crussat y Uche. La falta de espacios desencadenó fallos en el Madrid, que comenzó por errar el último pase y terminó la primera parte ahogado en su campo, buscando una salida limpia, con problemas para dar el primero.

Benzema entró al partido después del descanso y Kaká fue al banquillo. El punta comenzaba a aportar claridad en los últimos metros cuando su retaguardia flaqueó. Piatti hizo un eslalon desde la izquierda, superó a Khedira y chocó con Ramos antes de dejar el balón suelto para que Ulloa lo enviara a la red sin oposición. El momentáneo desajuste defensivo condenó al Madrid a media hora de angustia. Mourinho castigó a Marcelo por no bascular en la acción del gol mandándolo a la ducha y sustituyéndolo por Granero. Entró Carvalho por Albiol y formó una línea de tres zagueros con Ramos de libre y Arbeloa por la derecha. Reafirmado de esta manera, el Madrid lanzó una prolongada carga que duró hasta el final. Cristiano la inauguró con un disparo seco al primer palo, bien defendido por Alves, que despejó con un pie. El partido se desbocó y Alves comenzó a sentirse cada vez más asediado. Fue en estos minutos cuando Ortiz derribó a Cristiano en el área. El árbitro no pitó penalti.

El Madrid involucró a tanta gente en la empresa de la remontada que estuvo cerca de recibir el segundo. Piatti y Bernardello se empeñaron en hacer más daño y en eso estaban cuando Cristiano emprendió un contragolpe. Mourinho hizo señas a Granero para que acudiera por el otro lado y el canterano arrancó. Cristiano jugó para Benzema y el francés, de espaldas, con sutileza, habilitó a Granero, que entró desde atrás y embocó un gran disparo. Solo una falta directa lanzada por Cristiano al larguero amenazó con dar la vuelta al resultado. Pero el Madrid acabó por perder dos puntos. Dos puntos que le ponen cuesta arriba cuando menos se lo esperaba.

Los jugadores del Almería celebran el primer gol del partido, de Ulloa, ante el gesto de desolación de Casillas.
Los jugadores del Almería celebran el primer gol del partido, de Ulloa, ante el gesto de desolación de Casillas.AFP

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.
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