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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Jóvenes parados y trabajadores viejos

El escritor alemán H. M. Enzensberger sentenció a principios de los noventa que las sociedades ricas occidentales sufren de "bulimia demográfica": por una parte exigen un constante suministro de mano de obra (especialmente para aquellas tareas que los nativos van rechazando), mientras al mismo tiempo idean trabas para frenar el flujo migratorio. El conglomerado que forman el mercado de trabajo y el sistema de seguridad social va camino de adquirir esa misma condición bulímica: necesita dar entrada a nueva mano de obra joven y rebajar la edad media de las plantillas, pero simultáneamente la inminente reforma del sistema de pensiones mantendrá a los trabajadores más años en sus puestos, lo que tapona la entrada de nuevos asalariados jóvenes y eleva la edad media de los empleados.

El mercado laboral pide alimento, pero el sistema de pensiones quiere adelgazar, con lo cual tendremos plantillas envejecidas y más paro juvenil. Hoy resulta difícil sostener la inviabilidad demográfica del sistema de pensiones en un país con una tasa de desempleo superior al 20%, todo un contingente de potenciales cotizantes que por ahora son tan perceptores como los jubilados.

Pero la solución que nos proponen para el envejecimiento demográfico es de naturaleza maltusiana, como si estuviéramos en el siglo XIX: puesto que la población pensionista crece más que los recursos disponibles para sostenerla (las cotizaciones), hagamos que disminuya el número de jubilados. Es evidente que la alternativa sería incrementar los recursos necesarios para el sostenimiento de una población perceptora creciente. Esta opción requiere cambios profundos en el sistema de financiación de las pensiones, en el sistema fiscal y también en un mercado de trabajo incapaz de ocupar a toda la población activa. Pero no se va a hacer. Y en el futuro, si nadie lo remedia, tendremos sociedades bulímicas, plenas de jóvenes parados y trabajadores viejos. Sociedades más enfermas y, posiblemente, más conflictivas.

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