"No tiene sentido que yo siga en la dirección del grupo parlamentario"
Tras la aprobación del polémico modelo de incompatibilidades del PSdeG, que obliga a los diputados autonómicos a elegir entre la vida municipal y la parlamentaria, Mar Barcón (Ortigueira, 1963) ha sido la primera en tomar una decisión. La viceportavoz del grupo socialista y portavoz de la ejecutiva se va de candidata en la lista de Javier Losada al Ayuntamiento de A Coruña.
Pregunta. ¿Por qué el Ayuntamiento?
Respuesta. Era una elección natural. Mi vinculación política, el primer lugar donde yo hice política, fue A Coruña. Yo le debo absolutamente todo en política a los compañeros de allí. No tuve ninguna duda cuando el alcalde me hace un planteamiento para reincorporarme, además en un momento muy importante para la ciudad. Es algo más que una deuda, es un compromiso.
"El partido debe elegir a la gente más ajustada al nuevo portavoz"
"Quizá no supimos preservar el crédito político de Leiceaga, que es el del PSdeG"
"Pachi Vázquez está muy respaldado, y ejecutiva y grupo así lo demostraron"
"Me gustaría que hubiera un pacto político para la cuestión territorial"
P. ¿Le hubiera gustado estar en los dos sitios, Ayuntamiento y Parlamento?
R. No. Ya lo hice, ya fui concejala una temporada y lo compatibilicé con el Parlamento. Eso siempre te da una posibilidad de apuntar o de dar un enfoque municipalista en un momento determinado, pero no es menos cierto que, todavía en tiempos de Emilio Pérez Touriño, yo dejé una concejalía. No sólo por una nueva forma de entender la política, las incompatibilidades, sino consciente de que la gestión municipal es muy voraz. Y cuando una persona está en un nivel determinado de la gestión municipal, en una ciudad como A Coruña, que era muy dinámica y que precisaba de mucha entrega, era difícil compatibilizarlo con el Parlamento.
P. ¿Qué desventajas le encuentra al sistema de incompatibilidades que provocó la controversia en el PSdeG?
R. No elegimos una fórmula brillante de proyectarlo al exterior. En cualquier caso, la máxima de una persona, un cargo no sólo fue un compromiso del secretario general y de la ejecutiva, porque desde hace años está plasmado en reglamentos, se ha ido incorporando y forma parte de la cultura de la militancia. Luego, bueno, algunos compañeros lo han dicho, pidiendo aquello de flexibilizar. Por ejemplo, en el caso de un portavoz en un municipio medio o grande y que no esté gobernando, al que se le puede dar una proyección y un respaldo político desde otra institución, para que no quede diluido. Que aparezca en un grupo parlamentario un líder de la oposición municipal, no desperdiciar ese bagaje y prepararlo durante un tiempo, dejarle estar en una Cámara donde se proyecte políticamente... Son cuestiones puntuales que el partido siempre sabe resolver.
P. Es decir: distintos criterios para los concejales de gobierno y para los de oposición.
R. Claro. Efectivamente, no es lo mismo, pero bueno, ahora se ha tomado una decisión y yo siempre he confiado, más allá de los momentos en los que des una u otra opinión, en que el partido es muy sabio. Las estructuras del partido son muy sabias para arbitrar los mecanismos, para que no supongan un drama ni una pérdida política, ni jugar en contra del propio partido.
P. ¿Se gestionó mal este asunto?
R. Hombre, yo creo que lo gestionamos mal. Nos equivocamos. Al final proyectamos la idea de un debate o de una crisis que a mi juicio no era más que discrepancias sobre un mecanismo en un momento determinado, que no tenía más importancia que esa. Y nos convertimos en crisis en nosotros mismos sin necesidad de serlo. Debemos aprender para el futuro.
P. Lo que sí hubo fue una rebelión, o al menos un conato de rebelión contra el secretario general.
R. Bueno, yo no percibí rebelión en ningún sitio. Este partido nunca discute la autoridad del secretario general. Para mí fue más un problema de lo que proyectamos al exterior que de realidad. El secretario general me da la impresión de que puede estar más tranquilo cuando tiene una ejecutiva capaz de tener visiones diferentes y de aportarle puntos de vista distintos, desde la lealtad. Y al final se puso de manifiesto que no había ni guerra, ni rebelión, ni nada parecido. Solo distintos criterios ante un mecanismo puntual, ni siquiera ante el fondo de la cuestión. Pero no fuimos brillantes a la hora de exponerlo al público.
P. ¿Y esa falta de brillantez afecta al liderazgo de Pachi Vázquez, cree que sale tocado?
R. Yo creo que no le afecta, que hay un secretario general ampliamente respaldado, amplísimamente respaldado en un congreso, y las decisiones que se tomaron en la ejecutiva y en el grupo hablan con toda claridad y con toda rotundidad.
P. ¿Seguirá usted en la ejecutiva como secretaria portavoz?
R. De momento no me he planteado variar mi situación, no veo yo que debiera cambiar.
P. ¿De momento?
R. No tengo pensado irme de la ejecutiva. Estoy representando también a la agrupación coruñesa, y ni nadie me ha pedido que me vaya, ni lo he pensado.
P. ¿Y en la dirección del grupo parlamentario?
R. No. No tiene sentido, habiendo anunciado que voy a formar parte de una candidatura municipal, mantener una provisionalidad, o estar en la dirección cuatro o cinco meses. Incluso incrementaría las dificultades del portavoz y del secretario general para hacer una dirección nueva y ajustada al nuevo portavoz, que es el que tiene que buscar a sus personas no solo de confianza, sino que crea que pueden desarrollar mejor esa labor.
P. ¿Y seguirá llevando Territorio?
R. He hablado en varias ocasiones con el nuevo portavoz y le he trasladado que yo creo que lo que debe hacer en este momento es diseñar incluso las portavocías en temas como Territorio. Todas las decisiones que se tomen este mes, en el que no hay plenos ni comisiones, lo que significa un paréntesis importante, deben servir para diseñar una dirección y unas portavocías que trasciendan las elecciones municipales. No solo para un periodo de sesiones, sino para lo que resta de legislatura.
P. ¿Cree que el grupo pierde un activo importante con el cese de Leiceaga?
R. Espero que no se pierda, pero qué duda cabe de que es un activo político muy importante. Por lo que simboliza, porque representa a un cierto galleguismo, o nacionalismo, y porque es una persona con un criterio político muy afinado y muy afilado. Y ha hecho un trabajo impecable. Es un activo importante y espero que lo seguirá siendo.
P. ¿Qué le parece su sustituto, Abel Losada?
R. Un magnífico diputado.
P. ¿De perfil político más bajo que el de Leiceaga, como opinó el propio ex portavoz?
R. Esa es una cuestión muy subjetiva. Recuerdo que cuando hace dos años se propuso a Leiceaga, su perfil me pareció muy acusado e importante. A veces se confunde el gritar o los juegos de palabras con la brillantez. A mí siempre me pareció brillante porque con él se escuchaba el silencio en la Cámara, la gente se callaba para escucharle, y ese es un valor importantísimo. Lo que deseo es que Abel logre todas esas cuestiones. Desde luego no le faltan virtudes para lograrlo.
P. ¿Como vencer esa timidez de la que habló Leiceaga?
R. Bueno, él ha decidido ser portavoz, y nadie se conoce mejor que él.
P. ¿Cree que Leiceaga merecía mejor trato?
R. No, yo creo que no se trata de eso, sino de que debemos de ser muy cuidadosos a la hora de preservar y de proteger el valor político que tenemos, y que tienen las personas de la dirección. Debemos ser muy responsables cuando ponemos en cuestión a una persona, porque ahí va el crédito político, ahí va el partido socialista, y tenemos que ser responsables a la hora de preservar a las personas que nos representan y que llevan la impronta y son el socialismo gallego. Eso quizás no supimos preservarlo todo lo bien que debiéramos. Pero también creo que, al final, Xaquín es un político muy apreciado. Casi todo lo que leído y oído era para refrendar su trabajo, esperando que continúe siendo un referente.
P. ¿Su sustitución por Losada, que es de Vigo, escora el grupo socialista hacia el sur?
R. Cada uno es de donde es, pero no creo que haya un movimiento territorial. Xaquín representaba al PSdeG y Abel será el que represente al PSdeG, y no a Vigo. No porque no represente a Vigo, sino porque el papel del portavoz consiste en trascender territorialmente, y eso es muy complicado.
P. ¿Cambiaría algo de aquella negociación de la reforma de la Lei do Solo, que se rompió en el último momento?
R. La propia dinámica de aquellos días. Me gustaría que no se me entendiera mal, pero yo creo que tiene que haber un pacto político para las cuestiones territoriales. Y que si no lo hay, ni directrices [de ordenación territorial], ni plan del litoral; no tenemos nada, papel mojado. Espero que en la próxima redacción de la ley, tanto el Gobierno como las fuerzas políticas asumamos que es una oportunidad que no debemos perder, porque si no le estamos haciendo un flaco favor a los ciudadanos, a las instituciones y a la realidad. Podemos llegar a acuerdos en muchas cuestiones, y seguramente todos tenemos responsabilidad en que no fuera así. Me da mucha rabia que no lo percibamos, porque no deben perderse esas oportunidades. No es pactar porque sí, es que hay cosas que no se pueden cambiar cada cuatro días.
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