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La crisis del euro

Los mercados reaccionan con euforia a la batería de medidas que plantea Bruselas

La Bolsa española registra la mayor subida (5,4%) desde el rescate a Grecia - Portugal cierra con éxito la primera subasta del año y disipa el temor al contagio

Manada de lobos. Así se bautizó, con gran acierto, la acción de los especuladores en pleno ataque al corazón del euro, en primavera del año pasado. Desde entonces, Grecia e Irlanda han sido rescatadas y la mercadocracia está a la espera de cobrarse nuevas piezas: Portugal, España, Italia y Bélgica han sido señaladas como las siguientes fichas del eurodominó. Pero cuando parece que va a suceder lo inevitable ocurre siempre lo inesperado: sin apenas indicios, con un puñado de datos y de buenas intenciones como toda munición, los lobos olieron el peligro y se dieron ayer la vuelta. Los mercados vivieron una jornada de euforia desmedida, con fuertes subidas en las Bolsas de todo el mundo -muy especialmente en España, con un impactante alza del 5,4%, el mayor desde mayo- y una franca mejoría en todo lo relatico a la deuda pública gracias a la batería de medidas hacia las que apunta Bruselas.

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La City, Wall Street y los mercados en general son un país remoto del que sabemos muy poco: no hay una explicación clara tras ese vendaval bursátil, con subidas cercanas al 3% en el Eurostoxx 50, con los bancos desatados en toda Europa. Eso sí, Portugal cerró ayer con éxito su primer examen del año en lo relativo a la deuda, lo mismo que hizo anteayer Grecia. El mercado espera hoy con buenas vibraciones a España e Italia, en dos operaciones de venta de bonos que marcarán el signo del arranque del año. Porque hasta ahora todo son sacudidas: hasta ayer el rescate a Portugal era poco menos que inminente y el miedo al contagio hacia España y el resto de países señalados no dejaba de crecer en las primeras jornadas del año.

Eso acabó ayer mismo, al menos por el momento. Además de las buenas noticias en Portugal, los mercados parecen vislumbrar que para Europa ha llegado la hora de la verdad, y que esta vez va a ser más difícil coger a la eurozona con el paso cambiado: Bruselas confirmó que reforzará las medidas anticrisis con un más que probable incremento del tamaño o la capacidad de actuación del fondo de rescate. Además, entre las propuestas que se barajan gana fuerza la posibilidad de usar ese fondo para avalar emisiones de deuda soberana, lo que supondría un paso de gigante hacia el nacimiento de los eurobonos. Ese nuevo impulso, unido a las compras de bonos por parte del BCE y al espaldarazo de Japón, que ha prometido comprar deuda europea, ayudaron a capear el temporal de los últimos días.

Alemania se unió a la fiesta y se apuntó un crecimiento estelar en 2010 del 3,6%. Pero Alemania no es el problema: las dudas están en la periferia del euro, en las dificultades de Portugal, España y del resto de países para crecer y pagar las deudas con el estrangulamiento que para esas economías suponen los duros planes de austeridad aprobados. A pesar de la fanfarria en las Bolsas y la deuda, los analistas recelan de que esa euforia no sea más que ese momento en el que escampa en mitad de la tormenta. "Se trata de una reacción a todas luces excesiva, muy discutible atendiendo a los datos, que deja la sensación de que nadie quiere perder el tren del repunte de verdad cuando este llegue, aunque sea muy discutible que esta de ahora sea la subida que buscan", explicó Vicente Pallardó, de la Universidad de Valencia. "Lo que está pasando en las últimas semanas con los inversores es lo que en medicina se llama trastorno bipolar", criticó José Carlos Díez, de Intermoney.

Pero el respiro está ahí. Para el comisario de Asuntos Económicos de la UE, Olli Rehn, no existe ninguna duda de que los problemas de financiación de Portugal no llegarán a España, incluso si este país cae. Con esos mimbres, la prima de riesgo española -la diferencia entre los intereses que paga España por su deuda y los que paga Alemania- se relajó hasta los 250 puntos básicos, como también lo hicieron, y aún en mayor medida, las de Portugal, Grecia, Irlanda, Bélgica e Italia. Y en Bolsa, los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, avanzaron cerca del 10%, a la espera de la nueva ronda de pruebas de esfuerzo y del examen que mostrará a las claras la exposición de la banca española a los activos tóxicos en el sector inmobiliario.

La Bolsa portuguesa avanzó a menor ritmo (2,5%), pero Portugal superó una dura prueba. El Gobierno socialista de José Sócrates lanzó un suspiro de alivio tras comprobar que el Tesoro luso pudo colocar 1.249 millones de euros en títulos de deuda pública, a plazos de 4 y 10 años. El ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, se apresuró a subrayar el éxito de la operación y sacó una primera conclusión: "Portugal está en condiciones de acudir al mercado, porque hay demanda, con precios aceptables y favorables en el contexto actual". El presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, del opositor Partido Social Demócrata, recomendó prudencia.

La demanda de papel fue buena -triplicó el monto emitido-, aunque los tipos de interés bordean la zona de riesgo. Los títulos a cuatro años se vendieron al 5,39% (frente al 4% que se pagó en la emisión de septiembre), mientras que los bonos con una madurez de 10 años se pagaron al 6,7%, algo menos que en la anterior operación. En el fondo, eso es poco más o menos lo mismo que puede suceder hoy con la subasta del Tesoro español: mucha demanda, pero a un coste elevado.

Y aun así, la operación para Portugal sigue siendo rentable: el Ejecutivo quiere evitar a toda costa un rescate, a la vista de lo sucedido con Grecia e Irlanda. El salvamento acaba siendo tremendamente caro y cierra a cal y canto la posibilidad de acudir a refinanciar deuda en los mercados. Lisboa sigue en zona peligrosa, pero no quiere traspasar esa línea: "Los gobernantes portugueses están determinados a resolver la situación sin ayuda externa", explicó el presidente de la Comisión del Parlamento Europeo para la Crisis, Wolf Klinz, en Lisboa para analizar la situación sobre el terreno. "Portugal no necesita ahora apoyo internacional", dijo tras entrevistarse con miembros del Gobierno, del Banco de Portugal y de los partidos políticos. Una secuencia que recuerda a la sufrida recientemente por Irlanda.

Las claves de hoy

- España subasta entre 2.000 y 3.000 millones en bonos a cinco años. El tipo al que se colocarán los títulos será en torno a un punto superior al 3,6% de la subasta de hace dos meses.

- Italia pretende colocar 6.000 millones en títulos con vencimiento en 2015 y 2026.

- Reunión del Banco Central Europeo. El BCE mantendrá los tipos, pero la rueda de prensa de Trichet centrará la atención de los inversores.

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