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Columna
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El Hospital La Fe como reclamo electoral

Desde el primer momento, el nuevo Hospital La Fe ha sido y es para el Partido Popular un instrumento más de su campaña electoral. Con una modesta inversión de 270 millones de euros -frente a los 300 millones gastados en las ruinas de la Ciudad de la Luz-, pretenden colocar un figurín más en su escaparate electoral para esconder los 45.000 millones de euros que tendremos que pagar todos los valencianos y valencianas por la desastrosa gestión de los recursos públicos que ha realizado el gobierno de Camps y del Partido Popular.

En la ciudad de Valencia, desde 1995 hasta la actualidad la población ha aumentado en 52.141 ciudadanos, mientras que las camas hospitalarias públicas han disminuido peligrosamente. Entre 1995 y 2008 hemos pasado de disponer de 4.401 camas operativas a 3.361. El hospital La Fe, en concreto, pasará de tener 1.707 camas en 1.995 a 900 para 2011, 800 camas menos. Sin embargo, el sector privado ha crecido sustancialmente pasando de 750 camas a 918 en el mismo periodo. Unos datos que avalan la nefasta política sanitaria del PPCV que, desde que gobierna en Valencia, ha disminuido los recursos asistenciales públicos, a pesar del aumento de la población.

El PP está inaugurando un hospital en el que los análisis se tienen que mandar a otro

Es lamentable que se utilice la inauguración de La Fe para ocultar el fracaso en la gestión del sistema sanitario, pues los numerosos problemas que debían haber resuelto, persisten. Las demoras son inmensas tanto en asistencia especializada y atención primaria como en las consultas de rehabilitación, que superan ya los dos años de retraso. Unas deficiencias a las que hay que sumar listas de espera de más de 15 días en los centros de salud y todo esto a pesar de haber gastado cientos de millones y estar endeudados hasta las orejas. Cabe recordar que la deuda acumulada de la Consejería de Sanidad supera los 7.600 millones de euros.

Es inaceptable que traten de ocultar, con la inauguración del nuevo hospital La Fe, la privatización a la que se está sometiendo a la sanidad pública, sus fracasos y su despilfarro en fiestas y copas: campeonatos de vela, Formula 1, tenis, golf, saltos de caballo y asaltos a caballo; mundos de la ilusión para ilusos y ciudades de cine que sólo vemos en el cine; tierras míticas para los especuladores de PAI's; los trajes del president con el detalle de la presilla italiana (¡Ay, Italia!) y sus amistades tan peligrosas para el bolsillo de los valencianos. Así han ido manejando el tema durante años. No hay más que recurrir a la hemeroteca y relacionarla con las citas electorales.

El 9 de diciembre de 1998, el conseller de Sanidad, el Sr. Farnós, anunció que el nuevo hospital estaría construido en 2003. En febrero de 2001, otro conseller, Serafín Castellanos, anunció que las obras del nuevo hospital comenzarían a principios de 2003 y estarían finalizadas en 2005. El 15 de diciembre de 2003, la ministra de sanidad, Ana Pastor, puso la primera piedra del hospital que abriría sus puertas en diciembre de 2009. En diciembre de 2006, un nuevo conseller, Rafael Blasco, se inventó un convenio-cuento con las empresas Dragados, Edifesa y Lubasa para "acelerar" el proceso de construcción del edificio y poner en funcionamiento el nuevo Hospital La Fe en mayo de 2009.

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El colorín-colorado ya tenía fecha de caducidad: el 27 de mayo de 2007. Todos los cuentos de Blasco terminan el día de las elecciones. Pasado el día electoral, Blasco dio un uso adecuado al papel higiénico del convenio-cuento y se estudiaron nuevos plazos más convenientes para la nueva cita electoral de 2011.

Por fin, el viernes 28 de mayo de 2010 finalizó la construcción del nuevo Hospital La Fe. A pesar de sus numerosas visitas oficiales a la obra, la finalización debió coger por sorpresa al conseller Cervera: demasiado lejos de las elecciones, por lo que pospuso el inicio del traslado desde las antiguas instalaciones al nuevo hospital hasta el lunes 29 de noviembre (seis meses y un día después de que la obra estuviese finalizada). Un traslado que, según sus previsiones, finalizará, de forma conveniente y pase lo que pase, en marzo de 2011. Justo a tiempo para realizar los consabidos fastos, celebraciones y brindis de inauguración, horas antes de que comience la campaña electoral oficial, para que la Junta Electoral no pueda prohibirles la fiesta y cerca del 22 de mayo, día de las elecciones.

Una vez más, engañan a los ciudadanos. Se utiliza el hospital La Fe como reclamo electoral, porque estas instalaciones no están acabadas ni en perfecto estado para su funcionamiento. El edificio de los laboratorios todavía está en obras. Esto quiere decir que todas las muestras de sangre y otros tejidos deberán trasladarse al hospital viejo. En éste, se tendrán que analizar, para posteriormente remitir los resultados al nuevo hospital. Un proceso que, en el mejor de los casos, durará varios meses. Radioterapia no tiene previsto su inicio de funcionamiento hasta otoño de 2011. Es decir, los enfermos se deberán trasladar de un hospital a otro para recibir tratamiento. Los quirófanos no están finalizados y es visible por el techo el cableado eléctrico. Lo mismo ocurre con las salas de radiología. Y, mientras, el plan de evacuación y emergencias del hospital todavía no ha sido aprobado por las autoridades competentes.

En síntesis, el gobierno del Partido Popular está inaugurando un hospital en el que los análisis se tienen que mandar a otro, en el que no funciona la radioterapia y los quirófanos y radiología no están totalmente operativos. Pero hay más, han hecho desaparecer el Hospital Infantil, una institución referente en la sanidad nacional y europea.

La Fe, que en 1995 disponía de 1.700 camas y Hospital Infantil, se queda en 2011, después de 12 años de promesas, con 800 camas menos, unas infraestructuras sin acabar y la eliminación del Hospital Infantil.

Pero, todo esto al Partido Popular no le importa. Sea como sea, el nuevo hospital tiene que estar lleno de enfermos y familiares en marzo de 2011 para que Camps haga la promoción electoral, con la vuelta al ruedo de las habitaciones grabada por las cámaras de Canal Nou, aunque los laboratorios, quirófanos y radiodiagnóstico estén sin terminar. Aunque los profesionales sanitarios se quejen de las distancias, falta de espacio en consultas y las condiciones de trabajo con las que se van a encontrar. Aunque enfermos y familiares protesten de la lejanía y falta de transporte público.

El traslado no se puede parar. Todos y todo (razón, enfermos, familiares y trabajadores) deben sacrificarse para llegar a tiempo a la consecución del rédito electoral del PP. Por eso, no pueden perder ni un minuto en buscar una solución a la irracional, injusta e injustificable desaparición del Hospital Infantil.

José Ramón Mayans Ferrer es secretario de Bienestar y Sanidad del PSPV-PSOE

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