Protesta musical callejera por el estado ruinoso del conservatorio de Alicante

Para estudiar música en Alicante, además de talento, hace falta coraje y valor. Los dos conservatorios, el profesional con 620 alumnos y el superior con 300, están en un estado lamentable. Uno, ubicado en el monte Tossal, tiene desniveles, que han provocado lesiones a los alumnos de danza, falta de calefacción y grietas; y el segundo, en la calle de San Fernando, sufrió la semana pasada el desprendimiento de los techos. "A los alumnos que más se esfuerzan, el sistema los castiga", se quejaba ayer el director del conservatorio profesional, Ángel Casero. Numerosas madres, padres y alumnos de ambos centros (más de 500) se plantaron ayer en la plaza del Ayuntamiento para protestar a base de música, amenizada con villancicos.

"Damos clases en los pasillos y ensayamos en el cuarto de baño, está viejo y es peligroso", resumían dos alumnos de primer grado de piano, Miguel Castillo, de 13 años, y Mateo Zaccari, de 12 años. Sus padres agregaban: "La situación es deprimente, con el esfuerzo que hacen se juegan la vida". María, madre de otro alumno, se negaba a que vuelva a clase hasta que sea seguro. "Es peligroso y nadie se responsabiliza", dijo la madre. En 2004, el presidente del Consell, Francisco Camps, declaró de urgencia la construcción de un conservatorio en Alicante. Ya están los terrenos y la licencia, pero falta el presupuesto de la consejería.