Presumir en tiempos de crisis

Al ingeniero José Luis Manzanares, presidente de la empresa sevillana Ayesa, le cambió la vida hace 44 años cuando fue a exponer sus proyectos a un ministro. "Los andaluces nunca podrán ser tomados en serio. Sirven para ser artistas y graciosos", le dijo. Aquello le "picó la moral" y Ayesa es hoy la primera empresa de ingeniería de España. Sus trabajadores celebraron bailando sevillanas la adjudicación para construir el túnel más importante de la India y ha ganado, formando consorcio con otras dos empresas españolas, un contrato de 22 millones de euros para gestionar el metro de Panamá. "Somos lo que somos gracias a un ministro de Obras Públicas ya fallecido", resumió Manzanares, para quien lo importante es "la actitud y después viene todo lo demás".

Manzanares: "Lo importante es la actitud y después viene todo lo demás"

El ingeniero sevillano fue uno de los encargados en participar en la presentación de Andalucía 10, un proyecto que persigue que empresarios y ciudadanos proyecten "la marca Andalucía acorde con su imagen real", según el presidente de la Junta, José Antonio Griñán.

Hace un año lanzó y encargó a Paulino Plata este proyecto que tiene como objetivo combatir los tópicos y a punto ha estado de sucumbir porque, entre otros motivos, no hay cobertura presupuestaria pública. Tampoco estaba muy claro en el Gobierno andaluz si seguir adelante con la idea en un momento donde todos los indicadores de Andalucía, empezado por el 28,6% desempleo, está por los suelos. ¿Era oportuno vender en estos momentos una imagen donde se presume de ser pioneros en muchos campos cuando la sensación que hay es que estamos ante el fin del mundo? Se decidió que sí. Han sido las cajas de ahorros andaluzas (Unicaja, Cajasol y CajaGranada) las que han aportado 300.000 euros para que la iniciativa empiece a rodar, de los que 200.000 han ido a parar a creatividad.

Es la primera campaña institucional que pone en marcha la Junta de Andalucía cuando falta un año para el fin de la legislatura con el eslogan Andalucía es mucho más. Pero a diferencia de otras acciones de este tipo, sobre todo de la criticada y celebrada Andalucía, imparable, la Junta no ha diseñado ningún campañón publicitario. La idea es que sean las empresas las que patrocinen el proyecto, se unan en un llamado Club Andalucía 10 y exporten "una imagen alternativa" de la comunidad. Y organizar encuentros para vender en distintas ciudades españolas que además de ser simpáticos, contar chistes, tener buen jamón y disfrutar del calor y de las playas hay 25.000 investigadores, 11 parques-tecnológicos, lidera el sector de las renovables, tiene la mayor red de espacios protegidos de Europa y posee cuatro centros de referencia en biotecnología. La campaña persigue romper otro tópico: de que no se ha hecho nada en 30 años. El ex director de EL PAÍS Joaquín Estefanía analizó la evolución de la comunidad en su doble condición de periodista y de economista. Como noticiero reconoció que la urgencia de los informadores impide "mirar con perspectiva", pero como economista reconoció "la gigantesca mutación" de Andalucía gracias a los factores de producción, pero también a la descentralización política. El catedrático de Mecánica del Continuo Federico París y la directora adjunta de la iniciativa andaluza en terapias avanzadas, Natividad Cuende, resaltaron otros avances en aeronáutica e investigación celular.

Algo más de 400 personas asistieron ayer en el Museo Reina Sofía de Madrid a la presentación: estaban invitadas todas las que han sido distinguidas con las medallas de Andalucía, políticos y empresarios. No había nadie del PP, ni de la CEA ni de los sindicatos; y la máxima representación del Gobierno central fue la secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aído. Felipe González llegó cuando el acto ya llevaba una hora.

Los vídeos proyectados se inician con un repaso histórico de la región y enlaza con imágenes donde priman los edificios de cristal y acero, aspas de generadores, aviones, tubos, quirófanos automatizados, microscopios y trabajadores con batas blancas. No sólo eran investigadores, también había trabajadores de una fábrica de polvorones. Apenas dos segundos de una bailaora. Aunque sí hubo un homenaje a Enrique Morente, un "innovador y rompedor" del flamenco, lo definió Griñán.