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Baltar corrige el entusiasmo de su hijo y pide unidad al PP

En contra de las previsiones al alza de su vástago, el presidente de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar, reconoció ayer que, tras el congreso provincial del pasado mes de enero, en el que su hijo se alzó con la presidencia del PP en la provincia, "puede quedar alguna herida abierta". Por ello, pide a sus militantes que "hagan un esfuerzo" para cicatrizarlas y conseguir que el partido "llegue unido" a las municipales.

Con las heridas supurando en varios municipios de la provincia donde se han sucedido bajas de concejales que se han ido con sus actas bajo el brazo a los escaños de los no adscritos, el veterano político hace una lectura más temerosa que su hijo del panorama electoral.

Baltar Blanco, inmerso en un proceso de depuración de los "traidores" -quienes no le votaron en el congreso-, auguraba hace unos días que lograría la alcaldía de la capital y las de los mayores municipios de la provincia. "Aumentaremos las 65 alcaldías" de las 92 localidades, vaticinó.

Frente a ello, su padre, comienza a pedir el apoyo de los apartados por su hijo. "Ahora los enemigos son el PSOE, el BNG y cualquier otra candidatura independiente que se pueda presentar", advirtió en una entrevista en la cadena Cope, reclamando la "unidad" del dividido partido.

"Esa es la única lectura", sostiene el sempiterno barón del PP, en relación con los retos de cara a las municipales enmendando la plana a su hijo aun cuando confía en el declive del efecto Zapatero. El veterano presidente de la Diputación, puesto que aspira a revalidar, se emocionó hasta las lágrimas en la entrevista radiofónica al recordar que ayer mismo se cumplía un año del anuncio de su retirada al frente de la presidencia del partido.

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