Agüero se baila un tango
El delantero del Atlético se exhibe con dos goles bellísimos ante un pobre Deportivo
El Atlético alivió sus penas con una victoria contundente en el campo pero escasa en el marcador sobre un Deportivo sin gracia ni sustancia que asistió como espectador privilegiado a la última opereta del Kun Agüero. El delantero, que probablemente atraviesa su mejor temporada con la camiseta del club del Manzanares, aligeró con dos golazos el efecto de las tres derrotas consecutivas con las que llegaba el cuadro de Quique Flores.
Punta de lanza de un Atlético desenfrenado, nada que ver con la imagen apática que le condenó la jornada precedente, Agüero se coronó donde Forlán no tuvo su noche. El uruguayo desaprovechó primero un penalti que provocó su colega argentino y adivinó Aranzubia y cerró su actuación ejecutando un libre directo estupendo que el portero despejó al palo. El desacierto del matador charrúa no le pasó factura a la escuadra rojiblanca, proclive en los últimos tiempos a convertir los partidos controlados en avisperos impredecibles porque Agüero estuvo espectacular y porque ayer, tras una serie de ajustes, no emitió las señales de alarma que acostumbraba.
ATLÉTICO 2 - DEPORTIVO 0
Atlético: De Gea; Ujfalusi, Perea, Domínguez, Filipe Luis; Reyes (Diego Costa, m. 86), Tiago, Raúl García (Mario Suárez, m. 84), Simão; Agüero y Forlán (Fran Mérida, m. 79). No utilizados: Joel; Antonio López, Valera y Godín.
Deportivo: Aranzubia; Manuel Pablo, Colotto, Aythami (Domínguez, m. 46), Lopo, Seoane; Saúl, Juan Rodríguez (Valerón, m. 83), A. Tomás, Urreta (Adrián, m. 66); y Lassad. No utilizados: Manu; Rochela, Rindaroy y Álvarez.
Goles: 1-0. M. 8. Agüero. 2-0. M. 35. Agüero.
Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Aranzubia, Manuel Pablo, Juan Rodríguez y Perea.
Unos 50.000 espectadores en el Calderón. Se guardó un minuto de silencio por la muerte de Marcel Domingo.
Tras darle muchas vueltas al puzzle a lo largo de la semana Quique -cumplió en el palco el partido de sanción que le quedaba tras la bronca ante el Espanyol- no se cortó y relegó al banquillo a Godín, fuera de foco desde que se lesionó, y dio bola a Domínguez y Perea, de nuevo en el centro de la zaga. El cemento terminó de fraguar con Tiago y Raúl García circulando el balón en el círculo central, una opción a la que se llegó porque Assunção estaba en la grada por acumulación de tarjetas y porque el cuerpo técnico prefirió la sobriedad del pivote navarro al galope de Mario Suárez, que quizás imprime demasiada velocidad a un equipo que a la mínima se pasa de vueltas.
Los remiendos le sentaron de vicio al Atlético, que además sacó tajada del planteamiento ultradefensivo al que se ha encomendado el Deportivo, con Lassad abandonado a su suerte, para salvar la campaña. El ataque colchonero se merendó a la línea de cinco zagueros que Miguel Ángel Lotina rescató del baúl, concepto con el que esquivó el despido y con el que el conjunto gallego solo había concedido una derrota en mes y medio. El Atlético recuperó la sonrisa resquebrajándola con las llegadas por el exterior de Reyes, Simão y Filipe Luis, que se las sabía todas ante sus ex compañeros. Agüero se encargó del resto. Primero, rondando el fuera de juego, puso el turbo, se fue varias cuadras de Seoane y recortó a Aythami para abrir la muralla blanquiazul con un remate pegado al palo corto. La excelente definición se quedó corta en la jugada del segundo gol. Raúl García conectó con un pase al hueco con el Kun, y la guinda del pastel llegó: Agüero mató el encuentro con un golpe de maestro con la derecha tras un amago que recordó a un paso de tango de Gardel. Y el partido, con media parte por delante, se acabó.
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