Siete plazas por 20.000 euros

Grande y asequible. Una receta que suele funcionar en el mundo del automóvil y a la que se apunta el Orlando, el nuevo monovolumen de Chevrolet. Pero el último coche familiar de la marca estadounidense no es un producto de bajo coste y, aparte de una calidad muy correcta, aporta un diseño vistoso, buen tacto de conducción y un espacio y confort satisfactorios para el uso diario y los viajes. Estará disponible el próximo enero, y todas las versiones vendrán bien equipadas de serie. Las económicas tarifas ponen la guinda al pastel y convierten a este monovolumen en uno de los modelos de su clase con mejor relación entre calidad, espacio y precio: se venderá desde 20.030 euros con motor de gasolina (1.8 de 140 CV) y a partir de 21.150 con turbodiésel (2.0 de 131 CV).

El diseño, con un frontal robusto y trazos cuadrados, acerca su imagen a la de los todoterrenos y aporta un toque original que lo diferencia de los modelos similares. Y por dentro tampoco es como debería ser, porque el interior es más parecido al de un turismo que al de un monovolumen y, aunque cumple, no alcanza el confort y funcionalidad que caracteriza a estos coches. Los siete asientos se reparten en tres filas (2+3+2), pero la segunda es de banqueta corrida y tiene una plaza central poco utilizable, y la postura en las dos últimas butacas obliga a ir con las rodillas casi pegadas al pecho, por lo que solo son recomendables para niños y adultos en trayectos cortos.

La definición del maletero también es mejorable, porque al utilizar todos los asientos solo ofrece 89 litros. Con los dos del final plegados, crece a 458 litros, aunque tiene una altura escasa que puede provocar que las maletas sobresalgan por arriba.

A pesar de estos aspectos, el Orlando sigue siendo un coche familiar interesante, porque permite viajar a cuatro personas con más espacio que en un turismo normal y sirve para transportar hasta siete ocupantes de forma ocasional.

Al volante, en cambio, no hay inconvenientes, porque tanto el conductor como los acompañantes disfrutarán una rodadura agradable, con buen silencio y suavidad de marcha y un comportamiento aplomado. La base mecánica es la misma de la berlina Cruze, aunque con ejes más anchos para soportar el mayor tamaño y peso del Orlando, y suspensiones más firmes para limitar el balanceo de la carrocería.

De momento, se anuncian tres motores: un 1.8 de gasolina y dos 2.0 turbodiésel, con 131 y 163 CV y cambio manual de seis marchas. El de 131 CV puede ser ya suficiente, y merece la pena pagar los 1.120 euros que cuesta de más frente al de gasolina: mueve el peso mucho mejor y gasta seis litros de media, casi 1,5 menos.

La variante de 163 CV sale más cara (24.700 euros y 25.800 con cambio automático de seis relaciones), porque solo se vende con el acabado superior LTZ. Pero tanto el propulsor de gasolina como el turbodiésel de 131 CV están disponibles con las dos terminaciones anteriores: LT o básica y LT+ o intermedia. La primera viene ya bastante completa, con seis airbags, control de estabilidad ESP, aire acondicionado, ordenador de viaje, radio CD / MP3, sensor trasero de aparcamiento, volante con mandos y tres años de garantía. La LT+ (1.000 euros más) añade climatizador, llantas de aleación, puerto USB para música y faros antiniebla delanteros, y la LTZ, llantas más grandes (de 17 pulgadas en vez de 16), sensores de lluvia y luces, control de velocidad y navegador.