Un equipo atormentado
Nuria Fernández se une al grupo de cross tras declarar como testigo en la Operación Galgo
Nuria Fernández, la campeona de Europa de 1.500, fue la última componente del equipo nacional que llegó al autobús aparcado en la estación de Santa Justa, en Sevilla. Horas antes, la mediofondista había prestado declaración ante la Guardia Civil, junto a Reyes Estévez y otros atletas, en calidad de testigo por ser discípula de Manuel Pascua Piqueras. La selección española partía hacia Albufeira, en el sur de Portugal, donde competirá este fin de semana en el Europeo de cross.
El nombre de Nuria y el de Marta Domínguez estaban en la boca de los componentes del equipo nacional, jóvenes y mayores, que se iba concentrando en la estación sevillana procedente de diversos lugares de España. Cuando llegó Nuria, en un AVE procedente de Madrid, todos estaban ya en el autobús. Visiblemente afectada y bastante nerviosa por los acontecimientos desencadenados por la Operación Galgo, Nuria Fernández esquivó como pudo el acoso de los informadores con el típico "no voy a hacer declaraciones". Su cara era el espejo de un alma bastante atormentada. La maleta estuvo a punto de caer por las escaleras de salida de la estación, mientras un buen número de curiosos se unía al revuelo formado por la numerosa presencia de periodistas. "Esperamos a Nuria como a una más y ahora todos debemos estar concentrados en competir con las máximas garantías", afirmaba uno de los técnicos del equipo, algo asustado por la explosión mediática. Será complicado. En el ambiente flotaba, también, la ausencia de Alemayehu Bezabeh, el campeón de Europa de cross, que no se desplazó hasta Portugal a defender su corona. El atleta etíope nacionalizado español también prestó declaración por la mañana ante la Guardia Civil pero desde el jueves había consensuado con la Federación Española su ausencia en la expedición por entender que "podría estar involucrado en un presunto caso de dopaje".
Con cara de circunstancias y el aplomo que proporciona verse fuera del grupo acusado de dopaje, la cara conocida que se mostró ante los medios fue la de Natalia Rodríguez, bronce en el 1.500 en el pasado Europeo de Barcelona. "Es un palo muy grande que un icono como Marta Fernández haya podido hacer trampas", afirmaba, mientras agradecía que un curioso le deseara suerte para el Europeo. "Ahora toca competir", afirmaba Natalia.
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