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Muere un indigente que dormía en un contenedor

El cuerpo fue descubierto en la planta de tratamiento

Era francés. Tenía entre 45 y 50 años. Vivía en la calle. Tenía problemas mentales. Su cuerpo sin vida fue encontrado en la mañana de ayer en la basura, entre los plásticos depositados en la planta de tratamiento ubicada en Picassent. Nadie se había dado cuenta antes. Su cuerpo cayó, del contenedor amarillo del plástico en el que se refugió a dormir, a la cuba que transporta esos restos. Nadie lo vio. Murió, según los primeros datos, por los golpes y por la asfixia que sufrió en el lugar en el que fue depositado.

El cuerpo del hombre fue hallado por los operarios a primera hora de ayer. Inmediatamente, dieron cuenta a la dirección de la empresa que gestiona la planta de tratamiento ubicada en Picassent, a la Guardia Civil y a la autoridad judicial. Estaba rodeado de plástico, de botellas y bolsas que aprovechar. Llevaba encima su documentación. Aparentemente, no tenía lesiones que hicieran pensar que había muerto por la acción de un tercero antes de ir a parar al contenedor. Con la documentación que llevaba, la Guardia Civil enseguida descubrió que se trataba de un indigente. Más aún. Entre los papeles que llevaba encima, el rastro de su paso por el psiquiátrico de Bétera.

Era de nacionalidad francesa y tenía problemas mentales
El conductor del camión de basura cargó el contenedor sin ver el cuerpo

La institución confirmó a la Guardia Civil que la víctima, en efecto, había recibido tratamiento en sus dependencias, en varias ocasiones. Tenía problemas mentales. Vivía en la calle. Sin lugar fijo, sobreviendo de la caridad.

La víctima fue recogida por uno de los camiones que realiza la ruta en la ciudad de Valencia identificada como "seis". Es la que coincide con la delimitación del distrito del Pla del Real. Entre otras paradas, en su habitual recogida nocturna están la zona centro, Alameda, Viveros, parte de Blasco Ibáñez, Mestalla o Algirós.

El camión realizó una operación rutinaria: enganchar el contenedor, elevarlo y girarlo y a unos dos metros de altura sobre la cisterna para que cayera el contenido, que no es visible desde la cabina del conductor. Por eso, nadie se dio cuenta hasta que la basura, el plástico para reciclar, fue vaciado en la planta de tratamiento.

La Guardia Civil se hizo cargo de la investigación. El cadáver fue enviado al Instituto de Medicina Legal (IML) para que practicara la autopsia y despeje con ella si, como aparentaba, la víctima estaba viva dentro del contenedor y murió de los golpes y la asfixia al caer en el interior de la cisterna que transporta los residuos.

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