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La plantilla del Igape aumentará un 13% en plena ola de recortes

La dirección creará 16 nuevos puestos, la mitad de altos cargos y libre designación

María Fernández

"El año 2011 constituirá un complejo reto para todos los agentes económicos gallegos. En el entorno de restricciones presupuestarias y financieras y las previsiones de crecimiento marcadas por el Gobierno central exigen, más que nunca, un especial esfuerzo de los presupuestos". El párrafo está sacado de la memoria que el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), presentó junto a las cuentas del año próximo. El organismo de promoción de las empresas dependiente de la Consellería de Economía dibuja un escenario duro para las pymes y para su propia actividad.

Sus recursos totales se reducen un 12%, lo que rebajará en 41 millones la capacidad de inversión. En la memoria se realiza una proyección de plantilla de 116 puestos para 2011, que, según una consulta hecha por este periódico a los sindicatos, es similar a la actual, de 117 trabajadores, con uno a punto de jubilarse. Junto a ellos trabajan en la actualidad unas 40 personas con contratos temporales (13), asistencias técnicas o de otras empresas, como es el caso de Tragsa, las subcontratas de informática o de limpieza.

El organismo deja en manos de la patronal las oficinas de promoción exterior
Los salarios de los cargos del instituto son más elevados que en la Xunta

Hasta ahí, nada extraño. Pero la dirección del organismo tiene otros planes que no figuran en la memoria que aprobará el Parlamento. El máximo responsable del Igape, Joaquín Varela Cominges, llevó al último consejo de dirección celebrado el pasado jueves una reestructuración de la plantilla que incluye 16 nuevas contrataciones, la mitad para puestos directivos o de libre designación.

En el nuevo Igape habrá seis directores, cinco gerentes, siete subdirectores, dos responsables de unidad (una categoría que ahora no existe) y 18 técnicos responsables (frente a los 14 actuales). Sumados, son 38 puestos de alta responsabilidad (sobre 28 actuales) con sueldos proporcionalmente más elevados que los del resto de la administración.

El director percibe anualmente unos 92.000 euros frente, por ejemplo, a los 82.000 que del salario del presidente de la Xunta. El secretario del organismo cobra 67.000, más que la media de los conselleiros. Los nuevos responsables de unidad cobrarán 50.000 euros, por encima de lo que percibe un cargo equivalente de subdirector general, igual que los técnicos responsables de libre designación, cuyo salario, de 44.000 euros, supera a la media de los jefes de servicio. Fuentes sindicales pider que la Dirección Xeral de Función Pública debería paralice la reestructuración porque aumentará la carga de trabajo de los actuales funcionarios a costa de engordar los niveles directivos. La operación incluye la supresión de todos los contratos temporales para contener el aumento de la masa salarial.

La nueva estructura contempla la creación de cuatro áreas bajo la secretaria general: financiación, competitividad, planes de desarrollo territorial (que gestionará el Impulsa Lugo, Impulsa Ourense y el Revive Costa da Morte) y la llamada Galicia@word, para promover el comercio exterior. Está previsto que se cierren los cinco Centros de Promoción de Negocio que el Igape tiene ahora en Estados Unidos, Alemania, Polonia, China y Japón para ayudar a las empresas gallegas. A cambio, el instituto ha suscrito un convenio con la Confederación de Empresarios de Galicia para que éste se encargue de abrir y gestionar otras oficinas.

Javier Álvarez Barbeito, actual secretario del Igape y ex asesor de la CEG, supervisará el cumplimiento del programa, que está dotado con 18 millones de euros a repartir en cuatro anualidades. La patronal asegura que ya ha comenzado a trabajar en las 14 aperturas previstas y adelanta que la contratación de técnicos se realizará "en el propio destino, entre personas cualificadas", aunque todavía no se ha hecho público el perfil laboral concreto de esos técnicos. Tampoco se conocen todos los destinos, aunque en lugares como Tokio, el cierre de la actual delegación no supondrá la apertura de una nueva.

Para los sindicatos es una prueba más de la externalización de servicios y no precisamente de la forma más austera. El PSdeG, a través del diputado Abel Losada, ha criticado lo que en su opinión es un "claro ejercicio privatizador", al poner en manos de la patronal la promoción del comercio internacional.

Conservas, aceites y coches

El Igape ha actuado durante la crisis como un bombero con la manguera del dinero, aunque no siempre ha apuntado en la buena dirección. El caso más sonado fue la concesión de avales a la conservera Alfageme, actualmente al borde de la extinción. Sus administradores, los mismos que recibieron de la Xunta durante el Gobierno bipartito cuantiosos apoyos públicos, fueron apartados de la administración por el juez de lo mercantil que lleva el caso. La histórica conservera tiene un pasivo que suma 65 millones de euros, de los que 46 son créditos con la banca avalados en su mayoría por el Igape. El departamento que planifica la financiación a empresas, de la que depende esa línea de avales, va a ser ahora reestructurado: pasará de 39 técnicos a 17.

Con el PP al mando de la Administración autónoma, el Igape también protagonizó concesiones polémicas, como las subvenciones de cuatro millones otorgadas a Biomega Nutrición, una empresa fundada por un armador vinculado a la pesca ilegal que producirá Omega 3 con aceites de pescado. Tras esa subvención, la anunciada la semana pasada, de tres millones, para rehabilitar como hotel el monasterio de Oia, es la más elevada.

Aunque el plan estrella del departamento ha sido el fomento de la compra de coches, que otorga hasta finales de este mes ayudas que pueden llegar a 2.000 euros para particulares sin reparar en su nivel de renta. Desde la oposición han pedido a la Xunta, hasta ahora sin éxito, que racionalice el Igape integrando las funciones y recursos del Centro Europeo de Empresas (BIC Galicia) y fusionando las sociedades de capital riesgo.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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