Se reabre el excelso telón
El Coliseo neoclásico de San Lorenzo de El Escorial, primer teatro cubierto estable construido en España, vuelve a la actividad tras cuatro años de obras
Los amantes de la música y de la escena acaban de recobrar un ámbito impar en el que deleitar los oídos y satisfacer la pasión por las representaciones sobre las tablas. Se trata del Real Coliseo de Carlos III, en San Lorenzo de El Escorial, teatro excelso construido en 1771. Tras una fértil vida escénica, truncada por algunas fases de abandono hace cuatro décadas, el teatro permanecía en obras de conservación desde casi un lustro atrás. En la mañana de ayer, las obras culminaron con una presentación a la prensa que preludia la completa apertura al público el próximo 11 de diciembre, con un concierto en el seno del escenario restaurado por iniciativa del Gobierno regional, que lo gestiona desde 1979. Su vicepresidente, Ignacio González, lo visitó ayer, cifró en 1,3 millones de euros la inversión realizada y dio luz verde a la inminente reapertura.
Ignacio González cifró la inversión realizada en 1,3 millones de euros
El próximo 11 de diciembre se inaugura al público con un concierto
La consolidación, restauración y conservación de estructuras, instalaciones y adornos han corrido a cargo de la empresa especializada Arproma, bajo la dirección de los arquitectos Justo de Benito Batanero y Esther Martín-Peñato. Quinientas localidades podrán albergar ya un nuevo público que, hasta ahora, suplía el cierre del Coliseo en el teatro auditorio gurriato. El encanto de su vetusta suntuosidad, ahora recobrada, envolverá nuevas representaciones musicales y dramáticas, según un cuidado programa de actividades que arranca con Delicadas piezas para una celebración, de música española para teatro, bajo la dirección de los directores José Antonio Montaño y José de Eusebio, con las sopranos María Espada y María Rodríguez Cussí, el 11 y el 12 de diciembre, respectivamente. Seguirán representaciones de Luigi Pirandello y de un concierto coral navideño de Juan Sebastian Bach, con la batuta de Vittorio Ghelmi, más la escolanía del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, los días 18 y 19 de diciembre.
El Real Coliseo fue el primer teatro cubierto estable construido en España, según algunos expertos. Proyectado en forma de U con dos filas de palcos y un anfiteatro, por el arquitecto catalán Jaume Marquet, quien fuera el mismo autor del teatro de Caserta, en Italia, y también bajo los auspicios del monarca Carlos III, este escenario enclavado en el sotomonte urbano de la sierra madrileña a los pies del monte Abantos, encarna el tránsito desde la corrala del Siglo de Oro en clave de la manchega Almagro, hasta el recinto techado y estable del siglo XVIII.
Carlos III no descolló por su amor a la música tanto como su hermano Fernando VI -que recorría en su falúa real las aguas del Tajo frente al Real Sitio de Aranjuez cantando a tres voces con su esposa Bárbara de Braganza y con el misterioso Farinelli-. Sin embargo, el antiguo rey de Nápoles se comprometió a edificar un recinto así junto al palacio-convento de piedra que levantara Felipe II dos siglos antes. "San Lorenzo merece un teatro propio", aseguran que sentenció el rey-alcalde. Y así se hizo. Para facilitar el acceso del monarca y de la Corte carolina hasta el coliseo regio -para así eludir mezclarse con el pueblo- Carlos III dispuso el tendido de un pasaje elevado que conectaba las casas de Juan Gómez de Mora, construidas alrededor del monasterio, con la calle de Floridablanca, donde se yergue el Coliseo. Hasta 1870 el pasaje permaneció en uso frente al teatro. Sin embargo, una actuación municipal desafortunada acabó con aquella pieza, que le otorgaba un encanto adicional.
Sin embargo, la seductora presencia del Real Coliseo debe su auténtica entidad a sus dimensiones, armoniosas y bien proporcionadas. Escritores como Octavio Paz, recuerda el catedrático Octavio Uña, y numerosos galardonados con el Premio Nobel, de cuantos frecuentan el Real Sitio durante su asistencia a los cursos de verano de la Universidad Complutense, loaron este pequeño teatro, así como una serie de instalaciones que se encuentran en el mismo edificio que lo alberga, como la que fuera llamada La Fonda de la Genara. Por cierto, esta casa de comidas llevó el nombre de una abuela de Pedro Martín Gómez, aparejador, uno de los mejores conocedores del regio teatro escurialense, del que trató en su libro El Escorial de los Borbones: el Coliseo y las cocheras reales. En el mismo edificio residió Teresa Berganza, en unos aposentos especialmente dedicados a artistas. Autores como Jacinto Benavente, Pedro Muñoz Seca o los hermanos Álvarez Quintero, así como Francisco Nieva, estrenaron obras suyas en el teatro escurialense, y sus tablas han registrado memorables actuaciones de celebridades como Núria Espert. Bajo el franquismo, el Coliseo entró en decadencia hasta que en 1979 pasó a ser competencia regional. En 1985 fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento.
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