El detenido por la muerte de su esposa, incapaz de declarar por sus heridas
Casimiro, de 79 años, trató de suicidarse con el cuchillo usado en el crimen
Los agentes de Homicidios no pudieron tomar declaración ayer a Casimiro, el anciano de 79 años que degolló el domingo a su mujer, por el estado en el que se encontraba después de que intentase suicidarse tras perpetrar supuestamente el crimen. El hombre permanecía ingresado en el hospital Gregorio Marañón con un corte en el abdomen, producido con el mismo cuchillo que utilizó para acabar con la vida de Rosalía, de 78 años. Su pronóstico era reservado.
El Grupo VI de Homicidios pretendía interrogar al anciano para que aclarase lo sucedido en la vivienda que la pareja compartía desde hace 50 años en Villaverde Alto, pero el autor de la muerte estaba sedado. Se intentaba saber qué le llevo a matar a su esposa y después llamar a su hija para avisarle de lo que acababa de hacer. Ocurrió a media tarde del domingo. Los agentes esperan poder tomarle hoy declaración y que Casimiro pase a disposición judicial horas más tarde, informó un portavoz de la Jefatura Superior de Policía. A Casimiro se le detuvo como presunto responsable del sexto crimen por violencia de género perpetrado en la Comunidad de Madrid este año.
La pareja llevaba toda la vida residiendo en Villaverde. Rosalía, la mujer asesinada, padecía sobrepeso y unos fuertes dolores en las piernas que la habían recluido estos últimos años en el domicilio. Pasaba muchas horas postrada en la cama y había sido sometida a una operación quirúrgica hacía poco tiempo. Tenían dos hijos y, según sus vecinos, habían visto morir a otros dos. Casimiro era el encargado de hacer todos los recados. El presunto homicida, según declaró en un primer momento una de las hijas, sufría una depresión y llevaba medicándose un tiempo. Ahora solo queda que cuente qué le llevó a acabar con la vida de su esposa.